jueves, 13 de junio de 2013

LA REVOLUCIÓN RUSA (1917-1921)

     

IMPORTANCIA  HISTÓRICA 


 Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, los deseos de grandes cambios sociales y políticos se extendieron por todo el mundo. Fue la revolución rusa de octubre de 1917 el acontecimiento que más profundamente respondió a tales deseos y mostró que la experiencia de un nuevo régimen y una nueva sociedad eran posibles. Lo que estaba en la URSS se convirtió en la esperanza de muchos revolucionarios de todo el mundo y ofreció un camino de desarrollo alternativo muy distinto al del capitalismo liberal. Cuarenta años después de la revolución, mas de una tercera parte de la humanidad estaba siguiendo su camino.                                                                          

Situación de Rusia antes de la revolución


Artículo principal: Revolución rusa de 1905.
Previamente a 1917, el antiguo Imperio ruso se regía bajo un régimen zarista, autocrático y represivo desde hacía tres siglos.
La abolición de la servidumbre promulgada en 1861 por parte del zar Alejandro II fue la primera muestra de las fisuras del antiguo sistema feudal. Una vez liberados, los antiguos siervos se desplazaron a las ciudades, convirtiéndose así en mano de obra industrial.
A comienzos del siglo XX, el desarrollo de la industria rusa era cada vez mayor, favoreciendo el crecimiento de las ciudades y una creciente efervescencia cultural: el antiguo orden social se tambaleaba, agravando las dificultades de los más pobres. Las industrias florecían, y la creciente clase obrera se aglutinaba principalmente en las ciudades pero la prosperidad del país no había tenido beneficio alguno para la población.
La economía en su conjunto seguía siendo arcaica.4 El valor de la producción industrial en 1913 era dos veces y media menor que el de Francia, seis veces menor que el de Alemania y catorce veces menor que el de Estados Unidos.5 La producción agrícola continuaba siendo deficiente y la falta de transportes paralizaba cualquier intento de modernización económica.6 El PIB per cápita en aquella época era inferior al de Hungría o al de España y aproximadamente suponía una cuarta parte del de Estados Unidos.7 Además, el país estaba dominado sobre todo por capital extranjero, poseyendo este casi la mitad de las acciones rusas.8 El proceso de industrialización fue violento y mal aceptado por los campesinos que habían sido bruscamente proletarizados. La clase obrera naciente, aunque numéricamente pequeña, se concentraba en las grandes zonas industriales, lo que facilitó la creciente conciencia revolucionaria.9
Rusia seguía siendo un país esencialmente rural (el 85 % de la población vivía en zonas rurales). Si bien una parte de los campesinos, los kulaks, se había enriquecido y constituido una especie de clase media rural con el apoyo del régimen; el número de campesinos sin tierra había aumentando, creando así un auténtico proletariado rural receptivo a ideas revolucionarias. Incluso después de 1905, un diputado de la Duma señaló que en muchos pueblos, la presencia de chinches y cucarachas en los hogares se percibía como signo de riqueza.10                                                                                                                              
Tras la escolarización llevada a cabo unos años antes, algunos obreros habían sido conquistados por los ideales marxistas y otros pensamientos revolucionarios. Sin embargo, el poder zarista se mostró inmóvil. En los siglos XIX y XX, varios movimientos organizados por miembros de todas las clases sociales (estudiantes u obreros, campesinos o nobles) trataron de derrocar al gobierno sin éxito. Algunos, recurrieron al terrorismo y a los atentados políticos, convirtiéndose los movimientos revolucionarios en objeto de dura represión llevada a cabo por la todopoderosa Ojrana, la policía secreta del zar. Muchos revolucionarios fueron encarcelados o deportados, mientras que otros lograron escapar y unirse a las filas de los exiliados. Desde esta perspectiva, la Revolución de 1917 es la culminación de una larga sucesión de pequeñas revueltas. Las reformas necesarias, que ni las insurrecciones campesinas, los atentados políticos y la actividad parlamentaria de la Duma habían logrado, desembocaron en una revolución impulsada por el proletariado.
En 1905, tuvo lugar una primera revolución tras la derrota rusa ante Japón en la guerra Ruso-Japonesa. El 22 de enero, se convocó una manifestación en San Petersburgo para exigir reformas al zar Nicolás II, siendo esta duramente reprimida, en lo que se conoce como el Domingo Sangriento. Se trató de un intento del pueblo ruso de liberarse de su zar y se caracterizó por los levantamientos y la huelga por parte de los trabajadores y los campesinos. Estos formaron los primeros órganos de poder independientes de la tutela del Estado: los sóviets.

Causas de la revolución rusa

Su causa principal fue el fracaso en la guerra contra Japón por el control de Manchuria. Los rusos que no tenían poder se convertían en soldados que lucharían contra el ejército japonés. Pero estar personas tenían claro que Rusia estaba en desventaja y que se jugaban la vida al asistir a la guerra que, para ellos, estaba ya decidida. Así que en 1905 y durante el reinado de Nicolás II, se produjo una huelga general en San Petersburgo para evitar el embarque de los soldados hacia el lugar de conflicto.

Acontecimientos


El 22 de enero de 1905, el llamado “Domingo Rojo”, los trabajadores se manifestaron pacíficamente, deseando acabar con la política reaccionaria del zar. La manifestación fue disuelta de manera sangrienta. La reacción del pueblo llegó a tomar magnitudes alarmantes: huelgas, atentados, insurrecciones, etc., llegándose a crear un soviet o consejo obrero en San Petersburgo

En el Manifiesto del 30 de octubre, Nicolás II renunció al poder absoluto y aceptó una Constitución, comprometiéndose a gobernar juntamente con la Duma (aunque ésta era de escasa efectividad) y a garantizar las libertades individuales. Se formaron a raíz de estos partidos políticos conservadores, burgueses y proletarios.

Los partidos conservadores estaban ligados a los reaccionarios. Deseaban la situación anterior de absolutismo y tan sólo aceptaban a la Duma como órgano consultivo, pero sin poder real.

Los partidos burgueses se dividían en moderados y progresistas. Los moderados o kadetes defendían una Constitución burguesa que contuviese sufragio censitario, soberanía nacional, monarquía constitucional e igualdad ante la ley. Los progresistas u octubristas defendían una Constitución democrática que contuviese sufragio universal masculino, soberanía popular, justicia social, etc.

Los partidos proletarios se dividían en comunistas y socialdemócratas. Los socialdemócratas (también llamados mencheviques) eran los moderados, partidarios de dialogar con los burgueses y acordar la Constitución que les interesase a todos. Los comunistas (también llamados bolcheviques) eran los radicales.

Las dos primeras Dumas, en 1906 y en 1907, fueron dominadas por los burgueses progresistas y los proletarios demócratas. Se aplicó una de las reformas agrarias de Stolpin, que contentó al sector agrario con la concesión de pequeñas propiedades de campesinos. Esto apaciguó la situación, lo que aprovechó el zar para desencadenar una nueva era de represión: disolvió la Duma y modificó el sistema electoral. Incluso asesinó a Stolpin.

A partir de 1808 dominaron los moderados en el gobierno. La revolución había fracasado, el problema no había sido resuelto. Las huelgas de los trabajadores adquirieron gran importancia y en algunos casos se convirtieron en revueltas callejeras y conflictos armados.

En 1914 llegó la 1ª Guerra Mundial, que trajo muertes y hambre a Rusia.

La revolución burguesa de febrero:


Cuando en el verano de 1914 el zar, al igual que el resto de las potencias europeas, movilizaba sus tropas, pocos podían prever que se iniciaba una guerra generalizada, larga y de consecuencias imprevisibles. Los diferentes gobiernos presentaron el conflicto como una guerra defensiva, breve y victoriosa. Pero tres años después, en 1917, los efectos de la prolongación del conflicto habían disminuido el fervor patriótico de los primeros días. En Rusia la movilización afectó al 10 por 100 de la población y el número de bajas fue el mayor ole los registrados en todos los países beligerantes. A la decepción sufrida por las continuas derrotas se sumaban los enormes esfuerzos de la movilización y los problemas ole abastecimiento de la población civil. La loca­lización de los frentes ole la guerra aumentaba el aislamiento de Rusia ya que las potencias centrales formaban un espació prácticamente continuo noroeste­-sudeste: el Reich alemán, el imperio austro-húngaro, Bulgaria, y el imperio turco, que dividía a los aliados en dos bloques: el occidental y el oriental, y dejaba a Rusia abandonada a sus propios recursos.

El descontento creciente se manifestó en el invierno de 1916-1917 con la extensión de una oleada de huelgas. Aumentaba el tono de las críticas de la Duma. La revuelta comenzó en febrero en Petrogrado.

El 23 de febrero (8 de marzo) de 1917, día internacional de la mujer celebrado por los partidos obreros, las empleadas de las fábricas textiles iniciaron una huelga y enviaron delegadas a las fábricas de otros sectores. Durante los días siguientes la huelga fue extendiéndose, llegando a convertirse en una convocatoria general. El ejército recibió la orden del zar de disparar sobre la multitud, pero los soldados, que también tenían motivos de queja, se amotinaron y fusilaron a sus oficiales, uniéndose a los manifestantes. Los obreros pudieron así entrar en los cuarteles y proveerse de armas y municiones. La ciudad de Petrogrado quedó en manos de los sublevados, mientras que los principales dirigentes revolucionarios estaban en el exilio. Inmediatamente se reconstruyó el soviet de Petrogrado. La coordinación de todos los soviets se realizaría a partir de junio mediante la reunión de los delegados enviados por cada uno de ellos a un Congreso de los soviets que se iría celebrando en diferentes ciudades. El zar, respondió disolviendo la Duma el día 26 (11). Pero la asamblea nombró un Gobierno Provisional, presidido por el príncipe Lvov, y en el que tan sólo habría un miembro del soviet, Kerrenski, que se convirtió en el ministro de justicia. Los soviets estaban dominados por los mencheviques y socialistas revolucionarios, partidarios de colaborar con el Gobierno Provisional para completar la “fase burguesa” de la revolución.

La tensión entre ambos poderes sea continua: el 2 de marzo (15) el zar renunció a la corona. El príncipe Lvov autorizó la huida secreta de la familia real a G. Bretaña.

La labor del Gobierno Provisional se centró en la promulgación de una amnistía general para todos los delitos políticos, la instauración de las libertades individuales y colectivas y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.

En estas circunstancias apareció Lenin, cuya interpretación de los acontecimientos ocurridos en Rusia desde febrero impondría un giro en la evolución política. Supo canalizar el descontento de los campesinos, de los soldados y de los obreros y orientarlo hacia el establecimiento de un Estado obrero, que sustituyó al Estado burgués previsto por la Asamblea Constituyente nacida del golpe de febrero. Lenin, como Trotski, había pasado la guerra fuera de Rusia como consecuencia del exilio. Con la proclamación de la amnistía, ambos pudieron regresar. El 3 (16) de abril lo hizo Lenin, que llegó a Petrogrado procedente de Suiza atravesando el territorio de las potencias del eje en los trenes alemanes, puesto que la inteligencia germana pretendía acelerar la retirada rusa de la guerra.

Lenin ya había criticado en 1916 la pretensión de los gobiernos de presentar la guerra como una respuesta defensiva a una agresión exterior. La guerra era el resultado del imperialismo, de la competencia surgida de la rivalidad por dominar los mercados mundiales y de la defensa militar que los gobiernos burgueses hacían de sus intereses. En Rusia, Lenin denunciaba las conexiones existentes entre capitalismo financiero anglo-francés y el Gobierno Provisional. En las Tesis de Abril, se negaba a identificar la conmoción provocada por la guerra con una simple revolución burguesa, destinada únicamente a establecer una constitución. Era posible y necesario proceder a una autentica revolución social que permitiese la apropiación de los medios de producción por parte de los trabajadores. El resumen de este programa se estableció con la consigna: Paz, Tierra y todo el poder para los soviets.

La claridad y audacia de las ideas de Lenin distaban mucho de ser aceptadas por los soviets, que estaban dominados por mencheviques y socialistas revolucionarios. En mayo, representantes de ambos grupos se incorporaron al remodelado Gobierno Provisional. Controlaban, entre otras, la cartera de Guerra, que recayó en Kerenski, y las de agricultura y trabajo. El Gobierno defendió los latifundios frente a la ocupación campesina y estableció una política de contención de los salarios obreros. La posición de los leninistas seguía siendo minoritaria.

En el Primer Congreso de Soviets se rechazaron las consignas bolcheviques. Pero el 3 (16) de julio, coincidiendo con el fracaso de la gran ofensiva militar decidida por Kerenski en Galitzia (SO de Polonia), se produjo el levantamiento de la guarnición de Petrogrado. Los bolcheviques apoyaron la acción, que terminó fracasando. Trotski y Zinoviev fueron arrestados, Lenin huyó a Finlandia. El presidente de gobierno fue obligado a dimitir. Le sustituyó Kerenski al frente del tercer gobierno provisional. Pro en el mes de agosto, se organizó un nuevo intento de golpe de estado de carácter contrarrevolucionario. El general Kornilov reclamaba la proclamación del estado de sitio de Petrogrado. El antiguo general zarista pretendía asestar un golpe definitivo al soviet de Petrogrado que permitiese al ejército controlar todas las funciones de administración que eran ejercidas por los soviets desde la primavera. Desoyendo las órdenes de destitución de Kerenski, condujo sus tropas a la capital.

Pero los bolcheviques organizaron la resistencia: movilizaron la milicia (la Guardia Roja) e interrumpieron las comunicaciones que debían anunciar al resto del país la caída de la ciudad. Kornilov tuvo que desistir y se convertiría en uno de los principales cabecillas de la contrarrevolución, que con el apoyo de la Entente trataría más delante de derrotar a los bolcheviques

El gobierno de Kerensky. El golpe de Estado de Kornilov.
La Revolución de Octubre, el triunfo de los bolcheviques:

apoyo de Trotski y Stalin, imponer su tesis de que era urgente organizar insurrección armada antes de que las tropas alemanas conquistasen Petrogrado. La opinión contraria fue defendida por Kamenev y Zinoniev.

La fecha límite era el 25 de octubre (7 de noviembre), día en que estaba prevista la reunión del II Congreso Panruso de los Soviets. En la noche del 24 al 25 de octubre (6 a 7 de noviembre) las partidas armadas de los bolcheviques ocuparon los centros neurálgicos de Petrogrado: las comunicaciones, los transportes y la administración. Tan solo resistió el Palacio de Invierno, en él se hallaba reunido el gobierno, con la excepción del presidente. Finalmente cayó al día siguiente.La derrota del golpe de Estado del Gral. Kornilov aumentó el prestigio de los bolcheviques, que pasaron a constituir la mayoría en los soviets de las ciudades más importantes. Trotski, que desde los sucesos de julio se había unido a los bolcheviques fue elegido presidente del soviet de Petrogrado.

El día 7 (20) de octubre, Lenin regresó clandestinamente a Petrogrado y en la reunión de los dirigentes del partido bolchevique logró, con el 

El II Congreso de los Soviets respaldó la sublevación bolchevique. En la última sesión del Congreso se eligió un gobierno obrero y campesino de comisarios del pueblo. Estaba compuesto sólo por bolcheviques, el grupo que había dirigido la revuelta armada. Lo presidía Lenin, y Trotski fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores. Un casi desconocido Stalin se convertiría en el comisario para las nacionalidades. Inmediatamente, se abordaron los problemas cruciales mediante la población de una serie de decretos que satisfacían las ilusiones de la población.

Un primer decreto declaraba la firma inmediata de un armisticio que abriera paso a la apertura de conversaciones para establecer una paz justa. Otro decreto sobre la tierra daba satisfacción a las reivindicaciones de los campesinos pobres, que en realidad se remitía a una posterior legislación.

Diversos decretos sobre las empresas industriales y de servicios establecían también un tratamiento diferente para los grandes negocios y para la pequeña y mediana empresa. En cuanto a los primeros pasaron a ser propiedad del Estado, al que también correspondería el control del comercio exterior. Los propietarios estaban obligados a acatar las decisiones tomadas por los comités obreros en relación con la fabricación, conservación o distribución de materias primas y productos elaborados.

Se consideraba a las diferentes nacionalidades que componían el Imperio ruso en pie de igualdad.

LA GUERRA CIVIL (1918-1920)·         El ejercito rojo y el ejercito blanco.Ejército Rojo.

Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), constituido oficialmente el 28 de enero de 1918 a partir del Ejército Imperial ruso y cuya existencia llegó a su fin en diciembre de 1991, cuando tuvo lugar la desintegración del Estado soviético.
El encargado de su formación fue el dirigente bolchevique Liev Trotski. Su objetivo inicial era defender las fronteras de la URSS y proteger los logros de la Revolución Rusa frente a sus enemigos. La incorporación a filas fue voluntaria en un principio, de acuerdo con los ideales comunistas, pero al cabo de unos meses se introdujo el reclutamiento obligatorio. Como resultado de la revolución bolchevique el Ejército Rojo no introdujo ningún saludo oficial y careció de una jerarquía definida hasta 1935; sin embargo, adquirió una estructura mucho más convencional en los años siguientes, en los que aumentaron las comodidades ofrecidas a los soldados y las pagas.
Antes de que se produjera la desintegración de la URSS en 1991 —lo que supuso la propia fragmentación de este cuerpo en los distintos ejércitos de los nuevos estados—, estas tropas tomaron parte en tres importantes conflictos bélicos: la Guerra Civil rusa (1918-1922), la II Guerra Mundial (1939-1945) y la guerra de Afganistán (1979-1989). El Ejército Rojo llegó a disponer de 12,5 millones de soldados situados en los frentes noroccidental, occidental y suroccidental cuando, durante la II Guerra Mundial, la lucha que tenía lugar entre la URSS gobernada por Iósiv Stalin y el III Reich dirigido por Adolf Hitler se encontraba en su punto más crítico. Sufrió terribles pérdidas en 1942 durante las batallas decisivas de Moscú, Leningrado y Stalingrado, pero finalmente consiguió cambiar el rumbo de la guerra en favor de los aliados en la batalla de Kursk (1943), la mayor batalla la historia de la humanidad, en la que participaron directamente dos millones de soldados. Cuando concluyó la II Guerra Mundial y comenzó la era nuclear, el Ejército Rojo pasó a ser una fuerza de vigilancia establecida en los estados del Pacto de Varsovia que se utilizó para aplastar las rebeliones contra los regímenes comunistas desatadas en Hungría en 1956 (Revolución húngara) y en Checoslovaquia en 1968 (primavera de Praga).
A lo largo de la década de 1970 se reforzó este cuerpo ante la posibilidad de tener que librar una guerra convencional en Europa y para proyectar el poder soviético sobre el mundo, como oposición al de Estados Unidos. Durante la década de 1980 comenzó la era de la perestroika bajo el mandato de Mijaíl Gorbachov, que puso fin a la Guerra fría; por último, la retirada final del Ejército Rojo de Afganistán en 1989 asestó un golpe definitivo al sistema al que había apoyado fielmente durante siete décadas.
El ejercito blanco
Ejército Rojo, Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), constituido oficialmente el 28 de enero de 1918 a partir del Ejército Imperial ruso y cuya existencia llegó a su fin en diciembre de 1991, cuando tuvo lugar la desintegración del Estado soviético.
El encargado de su formación fue el dirigente bolchevique Liev Trotski. Su objetivo inicial era defender las fronteras de la URSS y proteger los logros de la Revolución Rusa frente a sus enemigos. La incorporación a filas fue voluntaria en un principio, de acuerdo con los ideales comunistas, pero al cabo de unos meses se introdujo el reclutamiento obligatorio. Como resultado de la revolución bolchevique el Ejército Rojo no introdujo ningún saludo oficial y careció de una jerarquía definida hasta 1935; sin embargo, adquirió una estructura mucho más convencional en los años siguientes, en los que aumentaron las comodidades ofrecidas a los soldados y las pagas.
Antes de que se produjera la desintegración de la URSS en 1991 —lo que supuso la propia fragmentación de este cuerpo en los distintos ejércitos de los nuevos estados—, estas tropas tomaron parte en tres importantes conflictos bélicos: la Guerra Civil rusa (1918-1922), la II Guerra Mundial (1939-1945) y la guerra de Afganistán (1979-1989). El Ejército Rojo llegó a disponer de 12,5 millones de soldados situados en los frentes noroccidental, occidental y suroccidental cuando, durante la II Guerra Mundial, la lucha que tenía lugar entre la URSS gobernada por Iósiv Stalin y el III Reich dirigido por Adolf Hitler se encontraba en su punto más crítico. Sufrió terribles pérdidas en 1942 durante las batallas decisivas de Moscú, Leningrado y Stalingrado, pero finalmente consiguió cambiar el rumbo de la guerra en favor de los aliados en la batalla de Kursk (1943), la mayor batalla de la historia de la humanidad, en la que participaron directamente dos millones de soldados. Cuando concluyó la II Guerra Mundial y comenzó la era nuclear, el Ejército Rojo pasó a ser una fuerza de vigilancia establecida en los estados del Pacto de Varsovia que se utilizó para aplastar las rebeliones contra los regímenes comunistas desatadas en Hungría en 1956 (Revolución húngara) y en Checoslovaquia en 1968 (primavera de Praga).
A lo largo de la década de 1970 se reforzó este cuerpo ante la posibilidad de tener que librar una guerra convencional en Europa y para proyectar el poder soviético sobre el mundo, como oposición al de Estados Unidos. Durante la década de 1980 comenzó la era de la perestroika bajo el mandato de Mijaíl Gorbachov, que puso fin a la Guerra fría; por último, la retirada final del Ejército Rojo de Afganistán en 1989 asestó un golpe definitivo al sistema al que había apoyado fielmente durante siete décadas.

El ejercito blanco.

Los dirigentes blancos estaban decididos a expulsar a los bolcheviques del poder y se convirtieron en una amenaza para el régimen a partir de noviembre. Esta circunstancia coincidió con la derrota de Alemania y el final de la I Guerra Mundial. Poco después, el almirante Alexandr V. Kolchak fue nombrado jefe oficial de las fuerzas blancas.
La guerra entre el Ejército Rojo y el Ejército Blanco no tardó en desplegarse en cuatro frentes: en el sur de Rusia, el oeste de Siberia, el norte de Rusia y la región del Báltico. Las tropas blancas controlaban la mayor parte de Siberia, así como el frente meridional, donde estaba instalado su centro de operaciones. Grandes franjas del frente occidental, sobre todo en Ucrania, fueron conquistadas alternativamente por ambos bandos. A pesar de las derrotas esporádicas, los rojos se hicieron fuertes en las tierras del interior y mantuvieron su cuartel general en Moscú. Las fuerzas de la caballería, dirigidas por el mariscal Sinión M. Budionny, protagonizaron algunas de las principales victorias del Ejército Rojo.
El almirante Kolchak, cuyo cuartel general se hallaba en Siberia, fue el comandante en jefe del Ejército Blanco hasta que renunció a su cargo a principios de 1920 tras varias derrotas significativas. Entre otros comandantes de estas fuerzas, destacan el mencionado general Denikin, que operaba en el sur de Rusia, el general Nikolái Yudenich, destinado a la región del Báltico, y el general Yevgeueni Miller, establecido en el noroeste de Rusia.
Los blancos lanzaron el 4 de marzo de 1919 su ofensiva más ambiciosa, un ataque contra Moscú sobre tres flancos. A pesar de las victorias iniciales, todas las tropas blancas habían sido sobrepasadas en el mes de noviembre por el Ejército Rojo. Las fuerzas blancas derrotadas se reagruparon en la península de Crimea y el general Denikin fue reemplazado en el mando por el general Piotr N. Wrangel. En la primavera de 1920, los hombres de Wrangel marcharon sobre Ucrania y Transcaucasia (la región de Caucasia que comprende los actuales estados de Georgia, Armenia y Azerbaiyán), pero fueron repelidos y derrotados en noviembre por el Ejército Rojo. Wrangel y sus tropas abandonaron Rusia por mar desde la península de Crimea.
Los bolcheviques también tuvieron que hacer frente a una invasión polaca en la primavera de 1920. El Ejército Rojo tomó la iniciativa, pero ninguno de los dos bandos se alzó con la victoria. En el mes de octubre se firmó un armisticio auspiciado por las potencias europeas. El Tratado de Riga, firmado en marzo de 1921, puso fin oficialmente a la guerra entre Rusia y Polonia.

·         El comunismo de guerra.

La derrota del Ejército Blanco y el fin de la guerra con Polonia permitieron al gobierno bolchevique ocuparse de recuperar los territorios perdidos en Asia central y otros lugares. Sin embargo, los campesinos rusos del oblast de Tambov y varios distritos más se rebelaron contra la política del gobierno, especialmente a causa de la requisa del grano, medida incluida en el comunismo de guerra. A mediados de 1921, el Ejército Rojo había sometido a casi todas las bandas de campesinos (conocidos como los Verdes) que habían surgido debido en parte a la hambruna que acabó con las vidas de las gentes del campo. En esta misma época, el Ejército Rojo invadió Transcaucasia, que volvió a quedar bajo control bolchevique. La intervención de Japón, que se había limitado a ocupar las regiones más orientales de Rusia, concluyó en 1922.
Los bolcheviques, que habían reclamado la mayor parte de los territorios del antiguo Imperio Ruso, fundaron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922. Continuaron haciendo frente a la resistencia presentada en Asia central por los basmachi (bandas armadas de guerrilleros islámicos que luchaban en defensa del nacionalismo de lo que en la actualidad es Uzbekistán). Pero hacia 1923 el Ejército Rojo había restablecido nuevamente su poder en esa región. No obstante, el nuevo Estado soviético no abarcaba tantos territorios como el antiguo Imperio Ruso. Finlandia y los Países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) habían alcanzado la independencia; varias zonas de Ucrania y Bielorrusia habían quedado en poder de Polonia en virtud del Tratado de Riga; y Rumania se había anexionado Besarabia (que en la actualidad corresponde a buena parte del territorio de Moldavia).
Los bolcheviques contaron con diversos elementos a su favor que propiciaron su victoria en la Guerra Civil. Durante la fase inicial del conflicto disfrutaron del apoyo de numerosos trabajadores y campesinos. Se hicieron fuertes en la zona central de Rusia, donde se concentraba la población, la industria y los suministros de grano. Los blancos, por su parte, estaban dispersos en las zonas periféricas de Rusia, donde las escasas comunicaciones dificultaban la creación de un frente unido. Asimismo, los bolcheviques tenían un proyecto para el futuro, mientras que los blancos carecían de un programa político convincente. Por último, la superioridad militar de los rojos con respecto a los blancos era aproximadamente de diez hombres frente a uno, aunque esta cifra no refleja el elevado número de deserciones en ambos bandos.
Las duras medidas como el comunismo de guerra y el control del partido sobre el suministro de alimentos contribuyeron a la victoria de los bolcheviques, pero también influyó su capacidad para movilizar a la población e integrarla en la nueva estructura de gobierno. Por ejemplo, el alistamiento en el Ejército Rojo representaba el ingreso inmediato en el partido. El hecho de que los oponentes de los bolcheviques no llegaran a superar sus diferencias también favoreció a la causa roja, al igual que la actitud vacilante de los aliados.

·         La intervención internacional.

La intervención de los aliados en este conflicto comenzó de hecho con el envío de tropas para garantizar el suministro militar durante la I Guerra Mundial. Posteriormente, participaron en la Guerra Civil rusa porque consideraban a los bolcheviques como una fuerza hostil que alentaba la revolución socialista mundial y porque éstos se negaban a pagar las deudas contraídas por el gobierno imperial. Los aliados también estaban alarmados porque Rusia se había retirado del conflicto tras la firma de la Paz de Brest-Litovsk con los Imperios Centrales en marzo de 1918. Los bolcheviques se comprometieron a ceder varios territorios del antiguo Imperio Ruso (la región oriental de Polonia, los Estados Bálticos y Ucrania a Alemania, y Transcaucasia a Turquía); no obstante, los términos del tratado fueron revocados tras la derrota de Alemania.
Cuando concluyó la I Guerra Mundial, los aliados que habían vencido en la misma incrementaron su ayuda a las fuerzas blancas. Sin embargo, al poco tiempo encontraban cada vez más dificultades para justificar su intervención en Rusia debido a que sus respectivas poblaciones estaban hastiadas de la guerra. Las potencias vencedoras en el conflicto mundial, que carecían de un objetivo común, apoyaron con poco entusiasmo a las fuerzas contrarrevolucionarias blancas, que finalmente fueron derrotadas de forma definitiva en 1922.

·         Desarrollo de la guerra.

Una vez que los bolcheviques se hicieron con el control, el nuevo gobierno puso fin a la participación de Rusia en la I Guerra Mundial a través de la firma de la Paz de Brest-Litovsk el 3 de marzo de 1918. De acuerdo con lo establecido en este tratado, los rusos se vieron obligados a entregar los estados bálticos, Finlandia, Polonia y Ucrania. El pueblo se indignó por la pérdida de estos territorios, y la oposición al partido bolchevique provocó una guerra civil que se inició en 1918 y concluyó en 1920. El gobierno de Lenin, establecido en Moscú —la nueva capital—, adoptó medidas para eliminar a sus rivales políticos. Aunque el campesinado no era seguidor de los comunistas, decidió apoyarles ante el temor de que una victoria de los `blancos' acarreara la restauración de la monarquía. El Ejército Blanco, desorganizado y con escasos apoyos, fue derrotado en 1920 por el Ejército Rojo.
Lenin y el Partido Comunista Ruso (nombre que recibió en 1918 la formación política integrada por los bolcheviques del antiguo POSDR) se hicieron con el control del país. Las huelgas de los trabajadores, las revueltas campesinas y la rebelión de la guarnición de Kronstadt, que reclamaba un gobierno formado exclusivamente por socialistas, fueron reprimidos en poco tiempo. En 1921, Lenin estableció la Nueva Política Económica para fortalecer al nuevo Estado, empobrecido tras siete años de desórdenes y declive económico. El 30 de diciembre de 1922 se constituyó oficialmente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en la que los territorios étnicos del antiguo Imperio Ruso se unieron a la República Socialista Soviética Federada de Rusia.

·         Consecuencias.

La Guerra Civil rusa causó grandes estragos, ruina económica, multitud de muertes debidas tanto a las operaciones militares como a las enfermedades, y la emigración de entre 1 y 2 millones de rusos de clase media y alta. Se estima que las víctimas de la guerra oscilaron entre los siete y ocho millones de personas, de las cuales más de cinco millones eran bajas civiles. Desde el estallido de la I Guerra Mundial hasta el fin de la Guerra Civil rusa, se calcula que perdieron la vida 16 millones de rusos, en su mayoría población civil.
La guerra provocó un marcado empeoramiento del nivel de vida entre la población rusa y destruyó gran parte de la infraestructura del país. La producción industrial cayó hasta un 20% menos del nivel alcanzado antes de 1914. Al disminuir la cantidad de tierra cultivada, se produjo una hambruna en 1921 y 1922, en la que perdieron la vida aproximadamente 5 o 6 millones de personas. El número de rusos que perecieron hubiera sido mucho mayor de no ser por la ayuda de los organismos internacionales, que establecieron comedores de beneficencia para alimentar aproximadamente a 22 millones de personas.
Los bolcheviques, ante la oposición de los campesinos y los trabajadores, sustituyeron el comunismo de guerra y otras medidas impopulares por la Nueva Política Económica (NEP) en marzo de 1921. Algunos estudiosos opinan que el fin del comunismo de guerra guarda relación con el final de la Guerra Civil. La NEP permitió a Rusia acercarse en la segunda mitad de la década de 1920 a los niveles de producción industrial y agrícola anteriores a la guerra.
Muchos historiadores consideran la Guerra Civil rusa como un periodo formativo que militarizó al partido bolchevique y perfiló la futura política comunista. Gran parte de los métodos practicados por el partido durante la Guerra Civil fueron aplicados por el dirigente soviético Iósiv Stalin a finales de la década de 1920, cuando lanzó un ambicioso y duro programa para industrializar la URSS y colectivizar la agricultura.

  LA N.E.P.(Nueva Política Económica)

Al terminar la Guerra Civil y ante el creciente descontento popular, el Partido Comunista, dirigido por Lenin, decidió hacer un alto en la política de control estatal sobre la economía. Se daba así paso, a partir de 1921, a la llamada Nueva Política Económica (NEP), que duró hasta 1928. Se trataba de una política de reconstrucción económica que introdujo elementos capitalistas en el campo y en las industrias. Se puso fin a las requisas y confiscaciones en el campo y los campesinos pudieron disponer libremente de sus tierras y comercializar sus productos a cambio de pagar un impuesto en metálico. También se desnacionalizaron las pequeñas industrias. La producción aumentó y mejoró el abastecimiento de las ciudades. Sin embargo, los precios agrarios, ahora mas libres, comenzaron a subir, lo que perjudicó al obrero industrial. Surgió una nueva clase de comerciantes prósperos, y también volvieron a surgir las desigualdades sociales en el campo, al reaparecer la figura del campesino rico o kulak.
Esta política abrió un clima de debate en el seno del partido: por un lado un debate económico entre los partidos de esta transición que contase con el apoyo del campesinado - Lenin entre ellos- y los que estaban a favor de una colectivización acelerada que favoreciese a la industria - Trotski y Stalin -; y, por otro lado, un debate político a favor o en contra de una mayor democratización de las estructuras del estado. Nació, en 1922, la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS o CCCP, en ruso). Por último, también se suscitó un interesante clima de debate cultural y artístico entre los partidarios de las vanguardias y la experimentación y los del realismo socialista.
Nueva Política Económica (NEP), política de liberalización económica aplicada de forma temporal en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) desde marzo de 1921 hasta enero de 1929, si bien en 1928 prácticamente había finalizado su aplicación. La NEP fue adoptada para reactivar la economía, incrementar la producción de alimentos y favorecer la creación de empresas después de varios años de guerra civil, y fue concebida como una pausa dentro del proceso de construcción del socialismo en el Estado soviético.
A principios de la década de 1920 la economía soviética atravesaba una grave crisis a causa de la Guerra Civil, que había dado comienzo en 1918, y las duras medidas impuestas por el comunismo de guerra (1918-1921), la política económica que reemplazó la economía de libre mercado por una estructura económica de corte militar. El volumen de producción de 1920 representó menos de una séptima parte del nivel obtenido antes de la Revolución Rusa de 1917; además, la escasez de las cosechas de grano de 1920 y 1921 ocasionó una hambruna en la que fallecieron cerca de cinco millones de personas.
Vladímir Lenin, el máximo dirigente del gobierno soviético, introdujo en marzo de 1921 la NEP para revitalizar la economía del país mediante la liberalización del comercio y la producción agrícola e industrial. El gobierno, en lugar de requisar el excedente de producción agrícola, permitía a los campesinos vender sus productos en un mercado abierto después de pagar un impuesto proporcional a su producción neta. A los agricultores se les permitía comunismo de guerra; se privatizaron las pequeñas y medianas empresas, mientras que el Estado seguía siendo el propietario de los llamados "intereses principales": las finanzas, el transporte, la industria pesada y el comercio exterior. El uso del dinero, que había sido sustituido por un sistema de trueque, cuotas y mandatos, se reintrodujo en 1921. La economía soviética creció rápidamente bajo arrendar tierras y contratar mano de obra, lo cual estuvo prohibido durante el periodo de aplicación del la NEP y hacia 1928 la producción agrícola, la industria y el transporte habían superado los niveles del periodo prerrevolucionario.
Sin embargo, se produjeron ciertos desequilibrios económicos durante la aplicación de este sistema, por lo que el gobierno soviético decidió reinstaurar el control centralizado de la economía. El aumento de los precios de los bienes industriales llevó a los miembros del gobierno a fijar un valor máximo para los artículos no agrícolas a fin de controlar las presiones inflacionistas. El dinero pagado al productor de cereales se vio reducido a mediados de la década de 1920, por lo que los campesinos se negaron a vender su producción a la espera de que aumentara su importe. Pero los controles sobre el valor de los productos industriales y agrícolas resultaron ser ineficaces debido a la actuación de comerciantes particulares que compraban y vendían los artículos de acuerdo con la oferta y la demanda. Bajo la dirección del secretario general del Partido Comunista, Iósiv Stalin, que veía en las actividades de los campesinos y los comerciantes particulares una amenaza para el régimen comunista, las cuotas de producción agrícola se reimplantaron en 1929, y en 1930 el comercio privado pasó a ser un delito.
Stalin sustituyó la NEP por su propio programa económico basado en los llamados planes quinquenales. En el primero de estos proyectos (1928-1932), la planificación central sustituyó a los mecanismos de mercado y la economía soviética se vio sometida a un estricto control que perduró hasta 1991, año de la desintegración de la URSS.
La guerra civil había favorecido la intervención y el control de los sectores básicos de loa economía por parte del Estado. La reorientación de la producción, la administración racionada de los recursos y el control de la distribución eran fundamentales para mantener el aprovisionamiento del ejército y las ciudades. Esta política intervencionista había sido común a todos los países que habían estado en guerra. El nuevo planteamiento de la actividad económica, denominado comunismo de guerra extendió la nacionalización a las pequeñas y medianas empresas.
La pérdida de una importante del territorio y el aislamiento del Estado soviético agudizaron la escasez de recursos. Pero en otros casos, no se podía aplicar el mismo tipo de soluciones. Los excedentes de las granjas comenzaron a ser requisados y redistribuidos en los centros de racionamientos. Esta situación provocó la resistencia de los campesinos. El gobierno actuó enérgicamente para evitar estas prácticas, fortaleció la inspección mediante la creación de comités de Pobres del Pueblo, tipificó los delitos y estableció unas penas para los infractores.
En la industria la situación no era mejor. El control obrero de las fábricas de los primeros días fue suspendido. Se dio paso a la militarización del trabajo bajo la supervisión de los delegados estatales. La situación de los obreros en las ciudades llegó a ser crítica. Para contrarrestar esta situación, parte de los salarios se pagaba en especie, pero aún así el hambre se extendió por las ciudades.
La situación de malestar creada por el comunismo de guerra y el desarrollo de una oposición obrera y campesina, forzaron al partido bolchevique a modificar sus planteamientos en materia económica. En marzo de1921 se establecieron los principios de una Nueva Política Económica (NEP), que se mantendría vigente hasta 1927. Se trataba de una economía de tipo mixto, que alternaba la intervención estatal en determinados sectores productivos con una cierta convivencia con la iniciativa privada en la industria de consumo, en la producción agraria y en el mercado interior de precios libres.
En la agricultura se permitió a los campesinos ricos (kulaks) la extensión de la superficie cultivada mediante la incorporación en arrendamiento de las tierras de los campesinos pobres. La requisa se sustituyó por el cobro de impuestos en especie y los excedentes se podían vender en mercados locales. La acumulación de beneficios en manos de os kulaks les convirtió en los dueños de las aldeas, quizá como consecuencia de esto, pasaban a presidir en algunos casos los soviets rurales. También se beneficiaron de las nuevas medidas los mercaderes que atendían el comercio interior, conocidos como hombres de la NEP.
Se incrementaron las empresas particulares destinadas al consumo que podían vender sus productos en los mercados locales. Se reanimaron las industrias artesanales de las zonas rurales. La industria pesada inició la descentralización, creando consejos que administraban los centros industriales de las repúblicas. Para aumentar la producción, el Estado adoptó métodos capitalistas, como el establecimiento de diferencias salariales

EL NUEVO ESTADO SOVIETICO. 

También durante la Guerra Civil se sentaron las bases legales del nuevo Estado obrero vertebrado a partir de los soviets locales. Cada soviet nombraba sus propios delegados, y los representantes de todos los soviets reunidos nombraban al gobierno, por lo cual esta institución emanaba por delegaciones sucesivas de los consejos de los soviets. Soviética es la forma que adopta el Estado obrero. Este nuevo sistema de organización estatal quedó definido en la constitución de 1918. Se aplicó sólo al reducido territorio que dominaban los bolcheviques: la República Socialista Federativa de los Soviets de Rusia (RSFSR).
El Comité Ejecutivo Central Panruso nombraba y controlaba al Consejo de Comisarios del Pueblo.
Frente a la división de poderes característica de las constituciones liberales se adopta la concentración del poder en la cúpula del Estado, concentración que se estima necesaria para imponer el socialismo, objetivo fundamental de la dictadura del proletariado. Una vez completada esta labor ha de desaparecer el Estado.
El modelo de Estado diseñado para Rusia en la Constitución de 1918 se fue extendiendo. Se creaba así, en 19212, un extenso estado federal, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La primera constitución socialista fue la Constitución de 1924.
Esta nueva constitución desarrollaba los principios del decreto de las nacionalidades. El Congreso de Soviets de la Unión, ahora Soviet Supremo, quedó compuesto por los delegados de los congresos de los soviets de las diversas repúblicas de la URSS. El Comité central ejecutivo quedaba dividido en dos consejos: el Soviet de la Unión y el Soviet de las Nacionalidades. El primero estaba encargado de las competencias del gobierno de la URSS (Asuntos Extranjeros, Guerra y Marina, Planificación Económica…) y el segundo de las competencias de las repúblicas.
Cuando la República de Georgia quiso acceder a la independencia en aplicación del derecho de autodeterminación, Stalin lo impidió invadiendo el país el 1921. La centralización administrativa y la uniformidad cultural que habían caracterizado al imperio zarista se vieron ahora superadas. El reconocimiento y respeto de la diversidad étnica se llevó a la práctica, favoreciendo la alfabetización y el desarrollo de las peculiaridades culturales. A la República rusa se unieron, con igual rango, Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia. Alguna de ellas, como Transcaucásia, se dividía a su vez en repúblicas autónomas: Georgia, Azerbaiyán, Abjasia,… Un tercer grupo de repúblicas autónomas quedaban federadas directamente a la Unión Soviética, como en el caso de las repúblicas musulmanas de Asia Central.
La difícil situación del gobierno bolchevique durante el conflicto produjo una fuerte bolchevización del Estado. En enero de 1918 se había reunido en Petrogrado la Asamblea Constituyente, elegida por sufragio universal y en la que los bolcheviques eran minoritarios frente a mencheviques y socialistas revolucionarios. Esta desautorizó al gobierno bolchevique. Al día siguiente la Asamblea fue disuelta y la tarea de elaborar la Constitución se trasladó al III Congreso Panruso de los Soviets. En junio de ese mismo año se acordó la expulsión de los partidos que no apoyaran al poder durante la guerra civil.
El 30 de agosto Lenin resultaba herido en un atentado del que nunca se repondría satisfactoriamente. Como respuesta al Terror Blanco, que multiplicaba las ejecuciones de prisioneros, se desarrollo el Terror Rojo. La policía (Checa), que en 1924 sería sustituida por la por la policía secreta (G. P. U.), utilizaba los mismos métodos. Las protestas contra esta situación culminaron en marzo de1921, en el motín de Kronstadt. En esta ciudad insular los marinos que permanecían atracados en el puerto se pronunciaron a favor de las elecciones libres de los soviets. Eligieron un comité revolucionario que negociase con el Gobierno y detuvieran al presidente de soviet de la ciudad (un bolchevique) y a las autoridades militares. Cuando finalmente se rindieron la represión fue durísima.
El partido único se había convertido en un bloque cerrado, en una estructura paralela al Estado: Los dirigentes del partido eran los mismos que acaparaban los cargos del Estado. Un número relativamente reducido de personas tomaba las decisiones que afectarían a millones. Es lo que Lenin criticaba en sus últimos escritos como la creciente burocratización del partido. La confusión entre el Estado y el partido único se convirtió en in elemento de unidad integradora para el mosaico de repúblicas y etnias, resultado de la estructura federal.

LA EXPANSIÓN DE LA REVOLUCIÓN

Estos debates fueron el telón de fondo de los últimos años de Lenin, ya envejecido y enfermo, al frente de la URSS, hasta su muerte en 1924. En un principio, la dirección del partido iba a ser colegiada entre los principales dirigentes bolcheviques: Trotski, Stalin, Kamenev, Zinoviev y Bujarin, fundamentalmente. Trotski podía ser considerado el sucesor natural de Lenin, dado su prestigio personal y su protagonismo desde 1905, pero se oponía a la NEP y a la burocratización del partido, que según él alejaban a la URSS del espíritu revolucionario original de octubre. Además opinaba que era imposible la construcción del socialismo en un solo país, fórmula esta que defendían varios dirigentes, y particularmente, Stalin. Estas discrepancias redujeron los apoyos que tenía Trotski en el partido, omnipresente en la vida soviética, y aumentaron los recelos hacia él del resto de los líderes comunistas. Por ello, a Stalin, que controlaba la burocracia del Partido Comunista desde su cargo de secretario general, no le fue difícil marginarlo de la dirección y expulsarlo después.

LA SUCESIÓN DE LENIN.

Dos personajes clave:

Trotski, creador del Ejército Rojo, es un personaje clave dentro del partido bolchevique. Este es partidario de una revolución permanente e internacional, critica la NEP y apoya la colectivización.

Stalin, ministro de las nacionalidades y posteriormente secretario del partido bolchevique. Es partidario de la revolución en un solo país. Adquirió aptitudes gracias al rápido ascenso en su partido.

Entre estos dos personajes hubo constantes conflictos debido a sus diferencias. Esto trajo consigo que Stalin deportara a Trotski a Liberia y después a México, pero aún así, por miedo a que regrese, manda que lo asesinen.

 LA ERA DE STALIN.

En el ámbito político, la URSS derivó, a partir de 1929, hacia una auténtica dictadura personal encarnada por Stalin y apoyada en la infalibilidad del Partido Comunista y de sus dirigentes. Los rasgos políticos de esta dictadura pueden resumirse en:
·         El culto a la personalidad. Se exaltó al líder con una propaganda y unas alabanzas que recordaban a la divinización de los antiguos emperadores. Se idealizaba a Stalin como el “gran padre benefactor”.
·         El marxismo-leninismo se convirtió en una “doctrina religiosa”: quien se apartaba de esta doctrina era considerado “hereje” y, como sospechoso político, podía ser detenido y ejecutado.
·         En el ámbito territorial, esta dictadura se apoyó en un partido de masas teñido de un nacionalismo ruso de nuevo cuño, muy diferente al partido revolucionario e internacionalista de minorías que Lenin diseñó.
·         En el ámbito internacional, se acuñó la doctrina del socialismo en un solo país. Stalin manifestó que la construcción del socialismo solo era posible en la URSS y no era necesario ni deseable exportar la revolución a otros países.
·         Para mantener esta política, se impuso un régimen de terror político y social que se aplicó en el seno del partido mismo. Se procedió a las purgas, que afectaron a las militantes y a los dirigentes. Entre 1934 y 1939 se juzgó, se condenó y ejecutó por delitos ficticios a la mayoría de los lideres y militares históricos de la revolución de octubre en los años de la guerra civil. Se sustituyó la NEP por una planificación autoritaria y centralizada de la economía. No había oposición posible ante aquel régimen del terror. El objetivo principal era industrializar el país en el menor tiempo posible.
·         Los planes quinquenales, llamados así porque marcaban objetivos para cinco años. Lograron un crecimiento económico vertiginoso.
·         La colectivización de la agricultura. Desapareció la propiedad privada en el campo, sustituida por los Koljoses, granjas de propiedad colectiva donde se agrupaban las tierras de los aldeanos controladas por el estado propietario de la maquinaria; y los Sovjoses, granjas estatales que empleaban obreros asalariados.
Una apuesta por la industria pesada. En la gran industria, la mayor parte ya nacionalizada antes de 1921, los cambios fueron menores. Se optó por desarrollar la industria de bienes de producción frente a la de bienes de consumo.
Como resultado de la NEP, la producción agrícola creció espectacularmente. También había aumentado la producción de bienes de consumo.
De forma paralela se había producido una creciente diferenciación social en el campo y en las ciudades: el enriquecimiento de los Kulaks y de los hombres de la NEP contrastaba dramáticamente con la pobreza de jornaleros y obreros menos cualificados entre los que crecía el paro. El debate ideológico era complejo, no solo incluía cuestiones socioeconómicas, también implicaba rivalidades y diferencias políticas. Coincidía con el apartamiento de Lenin debido a su enfermedad, que acabaría causándole la muerte. Se produjo la liquidación de la NEP, que Trotski había calificado de capitalismo de estado. El Estado pasa ahora a ser el único impulsor del desarrollo económico mediante la planificación. Desde 1928, se aprobaron tres planes quinquenales, el último interrumpido por la Guerra Mundial.
Una de las principales consecuencias de la planificación centralizada fue la Colecitivización agraria. Los kulaks y los medianos propietarios trataron de resistirse recurriendo a la matanza de ganado y la quema de cosechas. Muchos fueron deportados a Liberia o encarcelados. Las tierras de cultivo se reorganizaron siguiendo dos modalidades: sovjos y koljos. Las granjas soviéticas o estatales correspondían a las tierras de mayor calidad y que pasaron a ser de propiedad estatal. El sistema de explotación lo convertiría en una empresa agrícola intensamente mecanizada. Las tierras de las aldeas quedaron reunidas en cooperativas estatales.
La colectivización agraria y la industrialización eran complementarias. La mecanización de las nuevas explotaciones permitiría el aumento de la productividad y la liberación de la mano de obra. El Estado impulsó el desarrollo de la industria pesada. Como diría Stalin, había que alcanzar y sobrepasar a Occidente, o lo conseguimos nosotros o nos destruirán. La victoria soviética sobre Hitler en la II Guerra Mundial confirmó estas previsiones. Se favoreció la aplicación de métodos estanjovistas (de Stanjov, minero que durante su turno hacía el trabajo correspondiente a 16 hombres y que fue tomado como ejemplo difundido por la propaganda oficial).
Se procedió a la electrificación del transporte y el consumo mediante la construcción de gigantescas presas, lo que disparó la producción de cemento. Se multiplicó la producción de petróleo, carbón y acero, se desarrollo la fabricación de maquinaria y se introdujeron los tractores. Se inauguró el metro de Moscú, símbolo de transporte de trabajadores.
En la Gran Depresión LA URSS demostró que podía conseguir un desarrollo distinto al del modelo capitalista, más igualitario tanto desde el punto de vista social como regional, partiendo de la gestión planificadora realizada por el Estado.
En agricultura cabe destacar la colectivización agrícola. Aunque los kulaks estaban en desacuerdo, los campesinos y los jornaleros lo apoyaron incondicionalmente. Los resultados no fueron muy favorables.
En industria destacó la nacionalización de las empresas. Pusieron hincapié en la industria pesada: Siderurgia, electricidad y maquinaria. Creyeron que con una industria pesada notable favorecería a una rápida industrialización. Dejan de lado la industria de consumo y hubo un fallo de tecnología, por lo cual la buscaron fuera. Para no depender tecnológicamente de ningún otro país, hacen hincapié en la educación para conseguir grandes promesas estudiantiles que favorecieran la tecnología soviética.
Consiguieron unas importantes mejoras económicas y una veloz revolución industrial. Hay desarrollo de las ciudades y de las personas dedicadas a la industria. La mujer se incorpora al trabajo. Hay más alfabetización. Aparece una clase de burócratas que están muy ligados a Stalin.
La modernización económica tuvo un precio muy elevado. Lenin había demostrado un gran poder de convicción. Desde 1922 su alejamiento de la política activa dio lugar al inicio de una serie de maniobras e intrigas que acompañaron al ascenso de Stalin.
Trotski parecía el líder capaz para la sucesión de Lenin. Gozaba de gran prestigio por su participación en la revolución de 1905 y por su labor al frente del soviet de Petrogrado en 1917, así como la creación del Ejército Rojo. Frente a Bujarin, destacado dirigente bolchevique, criticó los efectos de la prolongación de la NEP denunciando el enriquecimiento y la creciente diferenciación social que había producido.
Stalin había alcanzado el puesto de secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética. Formuló la necesidad de fortalecer el socialismo en un solo país y dar prioridad a la defensa del Estado soviético. Los opositores, Trotski, Zinoniev y Kamenev, fueron expulsados del partido.
La eliminación de los rivales políticos de Stalin culminó a mediados de la década de 1930, en la que comenzaron las “purgas”. En los simulacros de juicios se obtuvieron declaraciones de culpabilidad de los acusados. Entre ellos se encontraba Zinoniev, Kamenev y Bujarin, viejos militantes bolcheviques distinguidos por la lucha antizarista y su papel en la revolución.
Cuando en 1936 se aprobó una nueva constitución, era evidente que la dictadura del proletariado no iba a dar paso a la disolución del Estado prevista por Marx y Lenin. En realidad, el poder obrero había sido sustituido por la dictadura personal sustentada por la burocracia del partido. Stalin enterró la revolución estableciendo un sistema político rígido que había reducido el pensamiento marxista-leninista a una serie de principios indiscutibles. La realidad quedaba desfigurada por la propaganda. El inmovilismo impuesto se reflejó también en la vuelta a una política social conservadora, prohibiéndose el aborto en beneficio de una política fatalista y dificultando el divorcio. Afectó a la cultura, la intervención en la investigación científica y técnica y la eliminación de las experiencias artísticas innovadoras que habían acompañado a los primeros días de la Revolución quedaban subordinadas ahora a las directrices artísticas del llamado realismo socialista. Así, el camino recorrido por la Revolución rusa de Lenin a Stalin supone el abandono de unos planteamientos ambiciosos bastante alejados del proyecto inicial.

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