IMPORTANCIA HISTÓRICA
Tras el
estallido de la Primera Guerra Mundial, los deseos de grandes cambios sociales
y políticos se extendieron por todo el mundo. Fue la revolución rusa de octubre
de 1917 el acontecimiento que más profundamente respondió a tales deseos y
mostró que la experiencia de un nuevo régimen y una nueva sociedad eran
posibles. Lo que estaba en la URSS se convirtió en la esperanza de muchos
revolucionarios de todo el mundo y ofreció un camino de desarrollo alternativo
muy distinto al del capitalismo liberal. Cuarenta años después de la
revolución, mas de una tercera parte de la humanidad estaba siguiendo su
camino.
Situación de Rusia antes de la revolución
Artículo
principal: Revolución rusa de 1905.
Previamente
a 1917, el antiguo Imperio ruso se regía bajo un régimen zarista, autocrático y
represivo desde hacía tres siglos.
La abolición
de la servidumbre promulgada en 1861 por parte del zar Alejandro II fue la
primera muestra de las fisuras del antiguo sistema feudal. Una vez liberados,
los antiguos siervos se desplazaron a las ciudades, convirtiéndose así en mano
de obra industrial.
A comienzos
del siglo XX, el desarrollo de la industria rusa era cada vez mayor,
favoreciendo el crecimiento de las ciudades y una creciente efervescencia
cultural: el antiguo orden social se tambaleaba, agravando las dificultades de
los más pobres. Las industrias florecían, y la creciente clase obrera se aglutinaba
principalmente en las ciudades pero la prosperidad del país no había tenido
beneficio alguno para la población.
La economía
en su conjunto seguía siendo arcaica.4 El valor de la producción industrial en
1913 era dos veces y media menor que el de Francia, seis veces menor que el de
Alemania y catorce veces menor que el de Estados Unidos.5 La producción
agrícola continuaba siendo deficiente y la falta de transportes paralizaba
cualquier intento de modernización económica.6 El PIB per cápita en aquella época
era inferior al de Hungría o al de España y aproximadamente suponía una cuarta
parte del de Estados Unidos.7 Además, el país estaba dominado sobre todo por
capital extranjero, poseyendo este casi la mitad de las acciones rusas.8 El
proceso de industrialización fue violento y mal aceptado por los campesinos que
habían sido bruscamente proletarizados. La clase obrera naciente, aunque
numéricamente pequeña, se concentraba en las grandes zonas industriales, lo que
facilitó la creciente conciencia revolucionaria.9
Rusia seguía
siendo un país esencialmente rural (el 85 % de la población vivía en zonas
rurales). Si bien una parte de los campesinos, los kulaks, se había enriquecido
y constituido una especie de clase media rural con el apoyo del régimen; el
número de campesinos sin tierra había aumentando, creando así un auténtico
proletariado rural receptivo a ideas revolucionarias. Incluso después de 1905,
un diputado de la Duma señaló que en muchos pueblos, la presencia de chinches y
cucarachas en los hogares se percibía como signo de riqueza.10
Tras la
escolarización llevada a cabo unos años antes, algunos obreros habían sido
conquistados por los ideales marxistas y otros pensamientos revolucionarios.
Sin embargo, el poder zarista se mostró inmóvil. En los siglos XIX y XX, varios
movimientos organizados por miembros de todas las clases sociales (estudiantes
u obreros, campesinos o nobles) trataron de derrocar al gobierno sin éxito.
Algunos, recurrieron al terrorismo y a los atentados políticos, convirtiéndose
los movimientos revolucionarios en objeto de dura represión llevada a cabo por
la todopoderosa Ojrana, la policía secreta del zar. Muchos revolucionarios
fueron encarcelados o deportados, mientras que otros lograron escapar y unirse
a las filas de los exiliados. Desde esta perspectiva, la Revolución de 1917 es
la culminación de una larga sucesión de pequeñas revueltas. Las reformas
necesarias, que ni las insurrecciones campesinas, los atentados políticos y la
actividad parlamentaria de la Duma habían logrado, desembocaron en una
revolución impulsada por el proletariado.
En 1905,
tuvo lugar una primera revolución tras la derrota rusa ante Japón en la guerra
Ruso-Japonesa. El 22 de enero, se convocó una manifestación en San Petersburgo
para exigir reformas al zar Nicolás II, siendo esta duramente reprimida, en lo
que se conoce como el Domingo Sangriento. Se trató de un intento del pueblo
ruso de liberarse de su zar y se caracterizó por los levantamientos y la huelga
por parte de los trabajadores y los campesinos. Estos formaron los primeros
órganos de poder independientes de la tutela del Estado: los sóviets.
Causas de la revolución rusa
Su causa
principal fue el fracaso en la guerra contra Japón por el control de Manchuria.
Los rusos que no tenían poder se convertían en soldados que lucharían contra el
ejército japonés. Pero estar personas tenían claro que Rusia estaba en
desventaja y que se jugaban la vida al asistir a la guerra que, para ellos,
estaba ya decidida. Así que en 1905 y durante el reinado de Nicolás II, se
produjo una huelga general en San Petersburgo para evitar el embarque de los
soldados hacia el lugar de conflicto.
Acontecimientos
El 22 de
enero de 1905, el llamado “Domingo Rojo”, los trabajadores se manifestaron
pacíficamente, deseando acabar con la política reaccionaria del zar. La manifestación
fue disuelta de manera sangrienta. La reacción del pueblo llegó a tomar
magnitudes alarmantes: huelgas, atentados, insurrecciones, etc., llegándose a
crear un soviet o consejo obrero en San Petersburgo
En el
Manifiesto del 30 de octubre, Nicolás II renunció al poder absoluto y aceptó
una Constitución, comprometiéndose a gobernar juntamente con la Duma (aunque
ésta era de escasa efectividad) y a garantizar las libertades individuales. Se
formaron a raíz de estos partidos políticos conservadores, burgueses y
proletarios.
Los partidos
conservadores estaban ligados a los reaccionarios. Deseaban la situación
anterior de absolutismo y tan sólo aceptaban a la Duma como órgano consultivo,
pero sin poder real.
Los partidos
burgueses se dividían en moderados y progresistas. Los moderados o kadetes
defendían una Constitución burguesa que contuviese sufragio censitario,
soberanía nacional, monarquía constitucional e igualdad ante la ley. Los
progresistas u octubristas defendían una Constitución democrática que
contuviese sufragio universal masculino, soberanía popular, justicia social,
etc.
Los partidos
proletarios se dividían en comunistas y socialdemócratas. Los socialdemócratas
(también llamados mencheviques) eran los moderados, partidarios de dialogar con
los burgueses y acordar la Constitución que les interesase a todos. Los
comunistas (también llamados bolcheviques) eran los radicales.
Las dos
primeras Dumas, en 1906 y en 1907, fueron dominadas por los burgueses
progresistas y los proletarios demócratas. Se aplicó una de las reformas
agrarias de Stolpin, que contentó al sector agrario con la concesión de
pequeñas propiedades de campesinos. Esto apaciguó la situación, lo que
aprovechó el zar para desencadenar una nueva era de represión: disolvió la Duma
y modificó el sistema electoral. Incluso asesinó a Stolpin.
A partir de
1808 dominaron los moderados en el gobierno. La revolución había fracasado, el
problema no había sido resuelto. Las huelgas de los trabajadores adquirieron
gran importancia y en algunos casos se convirtieron en revueltas callejeras y
conflictos armados.
En 1914
llegó la 1ª Guerra Mundial, que trajo muertes y hambre a Rusia.
La revolución burguesa de febrero:
Cuando en el
verano de 1914 el zar, al igual que el resto de las potencias europeas,
movilizaba sus tropas, pocos podían prever que se iniciaba una guerra
generalizada, larga y de consecuencias imprevisibles. Los diferentes gobiernos
presentaron el conflicto como una guerra defensiva, breve y victoriosa. Pero
tres años después, en 1917, los efectos de la prolongación del conflicto habían
disminuido el fervor patriótico de los primeros días. En Rusia la movilización
afectó al 10 por 100 de la población y el número de bajas fue el mayor ole los
registrados en todos los países beligerantes. A la decepción sufrida por las
continuas derrotas se sumaban los enormes esfuerzos de la movilización y los
problemas ole abastecimiento de la población civil. La localización de los
frentes ole la guerra aumentaba el aislamiento de Rusia ya que las potencias
centrales formaban un espació prácticamente continuo noroeste-sudeste: el
Reich alemán, el imperio austro-húngaro, Bulgaria, y el imperio turco, que
dividía a los aliados en dos bloques: el occidental y el oriental, y dejaba a
Rusia abandonada a sus propios recursos.
El
descontento creciente se manifestó en el invierno de 1916-1917 con la extensión
de una oleada de huelgas. Aumentaba el tono de las críticas de la Duma. La
revuelta comenzó en febrero en Petrogrado.
El 23 de
febrero (8 de marzo) de 1917, día internacional de la mujer celebrado por los
partidos obreros, las empleadas de las fábricas textiles iniciaron una huelga y
enviaron delegadas a las fábricas de otros sectores. Durante los días
siguientes la huelga fue extendiéndose, llegando a convertirse en una
convocatoria general. El ejército recibió la orden del zar de disparar sobre la
multitud, pero los soldados, que también tenían motivos de queja, se amotinaron
y fusilaron a sus oficiales, uniéndose a los manifestantes. Los obreros
pudieron así entrar en los cuarteles y proveerse de armas y municiones. La
ciudad de Petrogrado quedó en manos de los sublevados, mientras que los
principales dirigentes revolucionarios estaban en el exilio. Inmediatamente se
reconstruyó el soviet de Petrogrado. La coordinación de todos los soviets se
realizaría a partir de junio mediante la reunión de los delegados enviados por
cada uno de ellos a un Congreso de los soviets que se iría celebrando en
diferentes ciudades. El zar, respondió disolviendo la Duma el día 26 (11). Pero
la asamblea nombró un Gobierno Provisional, presidido por el príncipe Lvov, y
en el que tan sólo habría un miembro del soviet, Kerrenski, que se convirtió en
el ministro de justicia. Los soviets estaban dominados por los mencheviques y
socialistas revolucionarios, partidarios de colaborar con el Gobierno
Provisional para completar la “fase burguesa” de la revolución.
La tensión
entre ambos poderes sea continua: el 2 de marzo (15) el zar renunció a la
corona. El príncipe Lvov autorizó la huida secreta de la familia real a G.
Bretaña.
La labor del
Gobierno Provisional se centró en la promulgación de una amnistía general para
todos los delitos políticos, la instauración de las libertades individuales y
colectivas y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
En estas
circunstancias apareció Lenin, cuya interpretación de los acontecimientos
ocurridos en Rusia desde febrero impondría un giro en la evolución política.
Supo canalizar el descontento de los campesinos, de los soldados y de los
obreros y orientarlo hacia el establecimiento de un Estado obrero, que
sustituyó al Estado burgués previsto por la Asamblea Constituyente nacida del
golpe de febrero. Lenin, como Trotski, había pasado la guerra fuera de Rusia
como consecuencia del exilio. Con la proclamación de la amnistía, ambos
pudieron regresar. El 3 (16) de abril lo hizo Lenin, que llegó a Petrogrado
procedente de Suiza atravesando el territorio de las potencias del eje en los
trenes alemanes, puesto que la inteligencia germana pretendía acelerar la
retirada rusa de la guerra.
Lenin ya
había criticado en 1916 la pretensión de los gobiernos de presentar la guerra
como una respuesta defensiva a una agresión exterior. La guerra era el
resultado del imperialismo, de la competencia surgida de la rivalidad por
dominar los mercados mundiales y de la defensa militar que los gobiernos
burgueses hacían de sus intereses. En Rusia, Lenin denunciaba las conexiones
existentes entre capitalismo financiero anglo-francés y el Gobierno
Provisional. En las Tesis de Abril, se negaba a identificar la conmoción
provocada por la guerra con una simple revolución burguesa, destinada
únicamente a establecer una constitución. Era posible y necesario proceder a
una autentica revolución social que permitiese la apropiación de los medios de
producción por parte de los trabajadores. El resumen de este programa se
estableció con la consigna: Paz, Tierra y todo el poder para los soviets.
La claridad
y audacia de las ideas de Lenin distaban mucho de ser aceptadas por los
soviets, que estaban dominados por mencheviques y socialistas revolucionarios.
En mayo, representantes de ambos grupos se incorporaron al remodelado Gobierno
Provisional. Controlaban, entre otras, la cartera de Guerra, que recayó en
Kerenski, y las de agricultura y trabajo. El Gobierno defendió los latifundios
frente a la ocupación campesina y estableció una política de contención de los
salarios obreros. La posición de los leninistas seguía siendo minoritaria.
En el Primer
Congreso de Soviets se rechazaron las consignas bolcheviques. Pero el 3 (16) de
julio, coincidiendo con el fracaso de la gran ofensiva militar decidida por
Kerenski en Galitzia (SO de Polonia), se produjo el levantamiento de la
guarnición de Petrogrado. Los bolcheviques apoyaron la acción, que terminó
fracasando. Trotski y Zinoviev fueron arrestados, Lenin huyó a Finlandia. El
presidente de gobierno fue obligado a dimitir. Le sustituyó Kerenski al frente
del tercer gobierno provisional. Pro en el mes de agosto, se organizó un nuevo
intento de golpe de estado de carácter contrarrevolucionario. El general
Kornilov reclamaba la proclamación del estado de sitio de Petrogrado. El
antiguo general zarista pretendía asestar un golpe definitivo al soviet de
Petrogrado que permitiese al ejército controlar todas las funciones de
administración que eran ejercidas por los soviets desde la primavera. Desoyendo
las órdenes de destitución de Kerenski, condujo sus tropas a la capital.
Pero los bolcheviques organizaron la
resistencia: movilizaron la milicia (la Guardia Roja) e interrumpieron las
comunicaciones que debían anunciar al resto del país la caída de la ciudad.
Kornilov tuvo que desistir y se convertiría en uno de los principales
cabecillas de la contrarrevolución, que con el apoyo de la Entente trataría más
delante de derrotar a los bolcheviques
El gobierno
de Kerensky. El golpe de Estado de Kornilov.
La
Revolución de Octubre, el triunfo de los bolcheviques:
apoyo de Trotski y Stalin,
imponer su tesis de que era urgente organizar insurrección armada antes de que
las tropas alemanas conquistasen Petrogrado. La opinión contraria fue defendida
por Kamenev y Zinoniev.
La fecha
límite era el 25 de octubre (7 de noviembre), día en que estaba prevista la
reunión del II Congreso Panruso de los Soviets. En la noche del 24 al 25 de
octubre (6 a 7 de noviembre) las partidas armadas de los bolcheviques ocuparon
los centros neurálgicos de Petrogrado: las comunicaciones, los transportes y la
administración. Tan solo resistió el Palacio de Invierno, en él se hallaba
reunido el gobierno, con la excepción del presidente. Finalmente cayó al día
siguiente. La derrota del golpe de Estado del Gral. Kornilov aumentó el prestigio de los bolcheviques, que pasaron a constituir la mayoría en los soviets de las ciudades más importantes. Trotski, que desde los sucesos de julio se había unido a los bolcheviques fue elegido presidente del soviet de Petrogrado.
El día 7 (20) de octubre, Lenin regresó clandestinamente a Petrogrado y en la reunión de los dirigentes del partido bolchevique logró, con el
El II
Congreso de los Soviets respaldó la sublevación bolchevique. En la última
sesión del Congreso se eligió un gobierno obrero y campesino de comisarios del
pueblo. Estaba compuesto sólo por bolcheviques, el grupo que había dirigido la
revuelta armada. Lo presidía Lenin, y Trotski fue nombrado ministro de Asuntos
Exteriores. Un casi desconocido Stalin se convertiría en el comisario para las
nacionalidades. Inmediatamente, se abordaron los problemas cruciales mediante
la población de una serie de decretos que satisfacían las ilusiones de la
población.
Un primer
decreto declaraba la firma inmediata de un armisticio que abriera paso a la
apertura de conversaciones para establecer una paz justa. Otro decreto sobre la
tierra daba satisfacción a las reivindicaciones de los campesinos pobres, que
en realidad se remitía a una posterior legislación.
Diversos
decretos sobre las empresas industriales y de servicios establecían también un
tratamiento diferente para los grandes negocios y para la pequeña y mediana
empresa. En cuanto a los primeros pasaron a ser propiedad del Estado, al que
también correspondería el control del comercio exterior. Los propietarios
estaban obligados a acatar las decisiones tomadas por los comités obreros en
relación con la fabricación, conservación o distribución de materias primas y
productos elaborados.
Se
consideraba a las diferentes nacionalidades que componían el Imperio ruso en
pie de igualdad.
LA GUERRA CIVIL (1918-1920)· El ejercito rojo y el ejercito blanco.Ejército Rojo.
Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), constituido oficialmente el 28 de enero de 1918
a partir del Ejército Imperial ruso y cuya existencia llegó a su fin en
diciembre de 1991, cuando tuvo lugar la desintegración del Estado soviético.
El encargado de su formación fue el dirigente
bolchevique Liev Trotski. Su objetivo inicial era defender las fronteras de la
URSS y proteger los logros de la Revolución Rusa frente a sus enemigos. La
incorporación a filas fue voluntaria en un
principio, de acuerdo con los ideales comunistas, pero al cabo de unos meses se
introdujo el reclutamiento obligatorio. Como resultado de la revolución
bolchevique el Ejército Rojo no introdujo ningún saludo oficial y careció de
una jerarquía definida hasta
1935; sin embargo, adquirió una estructura mucho más convencional en los años
siguientes, en los que aumentaron las comodidades ofrecidas a los soldados y
las pagas.
Antes de que se produjera la desintegración
de la URSS en 1991 —lo que supuso la propia fragmentación de este cuerpo en los
distintos ejércitos de los nuevos estados—, estas tropas tomaron parte en tres
importantes conflictos bélicos: la Guerra Civil rusa (1918-1922), la II Guerra
Mundial (1939-1945) y la guerra de Afganistán (1979-1989). El Ejército Rojo
llegó a disponer de 12,5 millones de soldados situados en los frentes
noroccidental, occidental y suroccidental cuando, durante la II Guerra Mundial,
la lucha que tenía lugar entre la URSS gobernada por Iósiv Stalin y el III
Reich dirigido por Adolf Hitler se encontraba en su punto más crítico. Sufrió
terribles pérdidas en 1942 durante las batallas decisivas de Moscú, Leningrado
y Stalingrado, pero finalmente consiguió cambiar el rumbo de la guerra en favor
de los aliados en la batalla de Kursk (1943), la mayor batalla la historia de la humanidad, en
la que participaron directamente dos millones de soldados. Cuando concluyó la
II Guerra Mundial y comenzó la era nuclear, el Ejército Rojo pasó a ser una
fuerza de vigilancia establecida en los estados del Pacto de Varsovia que se
utilizó para aplastar las rebeliones contra los regímenes comunistas desatadas
en Hungría en 1956 (Revolución húngara) y en Checoslovaquia en 1968 (primavera
de Praga).
A lo largo de la década de 1970 se reforzó
este cuerpo ante la posibilidad de tener que librar una guerra convencional en
Europa y para proyectar el poder soviético sobre el mundo, como oposición al de
Estados Unidos. Durante la década de 1980 comenzó la era de la perestroika bajo
el mandato de Mijaíl Gorbachov, que puso fin a la Guerra fría; por último, la
retirada final del Ejército Rojo de Afganistán en 1989 asestó un golpe
definitivo al sistema al que había apoyado fielmente durante siete décadas.
El ejercito blanco
Ejército Rojo, Fuerzas Armadas de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), constituido oficialmente el 28 de
enero de 1918 a partir del Ejército Imperial ruso y cuya existencia llegó a su
fin en diciembre de 1991, cuando tuvo lugar la desintegración del Estado
soviético.
El encargado de su formación fue el dirigente
bolchevique Liev Trotski. Su objetivo inicial era defender las fronteras de la
URSS y proteger los logros de la Revolución Rusa frente a sus enemigos. La
incorporación a filas fue voluntaria en un principio, de acuerdo con los
ideales comunistas, pero al cabo de unos meses se introdujo el reclutamiento
obligatorio. Como resultado de la revolución bolchevique el Ejército Rojo no
introdujo ningún saludo oficial y careció de una jerarquía definida hasta 1935;
sin embargo, adquirió una estructura mucho más convencional en los años
siguientes, en los que aumentaron las comodidades ofrecidas a los soldados y
las pagas.
Antes de que se produjera la desintegración
de la URSS en 1991 —lo que supuso la propia fragmentación de este cuerpo en los
distintos ejércitos de los nuevos estados—, estas tropas tomaron parte en tres
importantes conflictos bélicos: la Guerra Civil rusa (1918-1922), la II Guerra
Mundial (1939-1945) y la guerra de Afganistán (1979-1989). El Ejército Rojo
llegó a disponer de 12,5 millones de soldados situados en los frentes
noroccidental, occidental y suroccidental cuando, durante la II Guerra Mundial,
la lucha que tenía lugar entre la URSS gobernada por Iósiv Stalin y el III
Reich dirigido por Adolf Hitler se encontraba en su punto más crítico. Sufrió
terribles pérdidas en 1942 durante las batallas decisivas de Moscú, Leningrado
y Stalingrado, pero finalmente consiguió cambiar el rumbo de la guerra en favor
de los aliados en la batalla de Kursk (1943), la mayor batalla de la historia
de la humanidad, en la que participaron directamente dos millones de soldados.
Cuando concluyó la II Guerra Mundial y comenzó la era nuclear, el Ejército Rojo
pasó a ser una fuerza de vigilancia establecida en los estados del Pacto de Varsovia
que se utilizó para aplastar las rebeliones contra los regímenes comunistas
desatadas en Hungría en 1956 (Revolución húngara) y en Checoslovaquia en 1968
(primavera de Praga).
A lo largo de la década de 1970 se reforzó
este cuerpo ante la posibilidad de tener que librar una guerra convencional en
Europa y para proyectar el poder soviético sobre el mundo, como oposición al de
Estados Unidos. Durante la década de 1980 comenzó la era de la perestroika bajo
el mandato de Mijaíl Gorbachov, que puso fin a la Guerra fría; por último, la
retirada final del Ejército Rojo de Afganistán en 1989 asestó un golpe
definitivo al sistema al que había apoyado fielmente durante siete décadas.
El ejercito blanco.
Los dirigentes blancos estaban decididos a
expulsar a los bolcheviques del poder y se convirtieron en una amenaza para el
régimen a partir de noviembre. Esta circunstancia coincidió con la derrota de
Alemania y el final de la I Guerra Mundial. Poco después, el almirante Alexandr
V. Kolchak fue nombrado jefe oficial de las fuerzas blancas.
La guerra entre el Ejército Rojo y el
Ejército Blanco no tardó en desplegarse en cuatro frentes: en el sur de Rusia,
el oeste de Siberia, el norte de Rusia y la región del Báltico. Las tropas
blancas controlaban la mayor parte de Siberia, así como el frente meridional,
donde estaba instalado su centro de operaciones. Grandes franjas del frente
occidental, sobre todo en Ucrania, fueron conquistadas alternativamente por
ambos bandos. A pesar de las derrotas esporádicas, los rojos se hicieron
fuertes en las tierras del interior y mantuvieron su cuartel general en Moscú.
Las fuerzas de la caballería, dirigidas por el mariscal Sinión M. Budionny,
protagonizaron algunas de las principales victorias del Ejército Rojo.
El almirante Kolchak, cuyo cuartel general se
hallaba en Siberia, fue el comandante en jefe del Ejército Blanco hasta que
renunció a su cargo a principios de 1920 tras varias derrotas significativas.
Entre otros comandantes de estas fuerzas, destacan el mencionado general Denikin,
que operaba en el sur de Rusia, el general Nikolái Yudenich, destinado a la
región del Báltico, y el general Yevgeueni Miller, establecido en el noroeste
de Rusia.
Los blancos lanzaron el 4 de marzo de 1919 su
ofensiva más ambiciosa, un ataque contra Moscú sobre tres flancos. A pesar de
las victorias iniciales, todas las tropas blancas habían sido sobrepasadas en
el mes de noviembre por el Ejército Rojo. Las fuerzas blancas derrotadas se
reagruparon en la península de Crimea y el general Denikin fue reemplazado en
el mando por el general Piotr N. Wrangel. En la primavera de 1920, los hombres
de Wrangel marcharon sobre Ucrania y Transcaucasia (la región de Caucasia que
comprende los actuales estados de Georgia, Armenia y Azerbaiyán), pero fueron
repelidos y derrotados en noviembre por el Ejército Rojo. Wrangel y sus tropas
abandonaron Rusia por mar desde la península de Crimea.
Los bolcheviques también tuvieron que hacer
frente a una invasión polaca en la primavera de 1920. El Ejército Rojo tomó la
iniciativa, pero ninguno de los dos bandos se alzó con la victoria. En el mes
de octubre se firmó un armisticio auspiciado por las potencias europeas. El
Tratado de Riga, firmado en marzo de 1921, puso fin oficialmente a la guerra
entre Rusia y Polonia.
· El comunismo de guerra.
La derrota del Ejército Blanco y el fin de la
guerra con Polonia permitieron al gobierno bolchevique ocuparse de recuperar
los territorios perdidos en Asia central y otros lugares. Sin embargo, los
campesinos rusos del oblast de Tambov y varios distritos más se rebelaron
contra la política del gobierno, especialmente a causa de la requisa del grano,
medida incluida en el comunismo de guerra. A mediados de 1921, el Ejército Rojo
había sometido a casi todas las bandas de campesinos (conocidos como los
Verdes) que habían surgido debido en parte a la hambruna que acabó con las
vidas de las gentes del campo. En esta misma época, el Ejército Rojo invadió
Transcaucasia, que volvió a quedar bajo control bolchevique. La intervención de
Japón, que se había limitado a ocupar las regiones más orientales de Rusia,
concluyó en 1922.
Los bolcheviques, que habían reclamado la
mayor parte de los territorios del antiguo Imperio Ruso, fundaron la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922. Continuaron haciendo frente a
la resistencia presentada en Asia central por los basmachi (bandas armadas de
guerrilleros islámicos que luchaban en defensa del nacionalismo de lo que en la
actualidad es Uzbekistán). Pero hacia 1923 el Ejército Rojo había restablecido
nuevamente su poder en esa región. No obstante, el nuevo Estado soviético no
abarcaba tantos territorios como el antiguo Imperio Ruso. Finlandia y los
Países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) habían alcanzado la
independencia; varias zonas de Ucrania y Bielorrusia habían quedado en poder de
Polonia en virtud del Tratado de Riga; y Rumania se había anexionado Besarabia
(que en la actualidad corresponde a buena parte del territorio de Moldavia).
Los bolcheviques contaron con diversos
elementos a su favor que propiciaron su victoria en la Guerra Civil. Durante la
fase inicial del conflicto disfrutaron del apoyo de numerosos trabajadores y
campesinos. Se hicieron fuertes en la zona central de Rusia, donde se
concentraba la población, la industria y los suministros de grano. Los blancos,
por su parte, estaban dispersos en las zonas periféricas de Rusia, donde las
escasas comunicaciones dificultaban la creación de un frente unido. Asimismo,
los bolcheviques tenían un proyecto para el futuro, mientras que los blancos
carecían de un programa político convincente. Por último, la superioridad
militar de los rojos con respecto a los blancos era aproximadamente de diez
hombres frente a uno, aunque esta cifra no refleja el elevado número de
deserciones en ambos bandos.
Las duras medidas como el comunismo de guerra
y el control del partido sobre el suministro de alimentos contribuyeron a la
victoria de los bolcheviques, pero también influyó su capacidad para movilizar
a la población e integrarla en la nueva estructura de gobierno. Por ejemplo, el
alistamiento en el Ejército Rojo representaba el ingreso inmediato en el
partido. El hecho de que los oponentes de los bolcheviques no llegaran a
superar sus diferencias también favoreció a la causa roja, al igual que la
actitud vacilante de los aliados.
· La intervención internacional.
La intervención de los aliados en este
conflicto comenzó de hecho con el envío de tropas para garantizar el suministro
militar durante la I Guerra Mundial. Posteriormente, participaron en la Guerra
Civil rusa porque consideraban a los bolcheviques como una fuerza hostil que
alentaba la revolución socialista mundial y porque éstos se negaban a pagar las
deudas contraídas por el gobierno imperial. Los aliados también estaban
alarmados porque Rusia se había retirado del conflicto tras la firma de la Paz
de Brest-Litovsk con los Imperios Centrales en marzo de 1918. Los bolcheviques
se comprometieron a ceder varios territorios del antiguo Imperio Ruso (la
región oriental de Polonia, los Estados Bálticos y Ucrania a Alemania, y
Transcaucasia a Turquía); no obstante, los términos del tratado fueron
revocados tras la derrota de Alemania.
Cuando concluyó la I Guerra Mundial, los
aliados que habían vencido en la misma incrementaron su ayuda a las fuerzas
blancas. Sin embargo, al poco tiempo encontraban cada vez más dificultades para
justificar su intervención en Rusia debido a que sus respectivas poblaciones
estaban hastiadas de la guerra. Las potencias vencedoras en el conflicto
mundial, que carecían de un objetivo común, apoyaron con poco entusiasmo a las
fuerzas contrarrevolucionarias blancas, que finalmente fueron derrotadas de
forma definitiva en 1922.
· Desarrollo de la guerra.
Una vez que los bolcheviques se hicieron con
el control, el nuevo gobierno puso fin a la participación de Rusia en la I
Guerra Mundial a través de la firma de la Paz de Brest-Litovsk el 3 de marzo de
1918. De acuerdo con lo establecido en este tratado, los rusos se vieron
obligados a entregar los estados bálticos, Finlandia, Polonia y Ucrania. El
pueblo se indignó por la pérdida de estos territorios, y la oposición al
partido bolchevique provocó una guerra civil que se inició en 1918 y concluyó
en 1920. El gobierno de Lenin, establecido en Moscú —la nueva capital—, adoptó
medidas para eliminar a sus rivales políticos. Aunque el campesinado no era
seguidor de los comunistas, decidió apoyarles ante el temor de que una victoria
de los `blancos' acarreara la restauración de la monarquía. El Ejército Blanco,
desorganizado y con escasos apoyos, fue derrotado en 1920 por el Ejército Rojo.
Lenin y el Partido Comunista Ruso (nombre que
recibió en 1918 la formación política integrada por los bolcheviques del
antiguo POSDR) se hicieron con el control del país. Las huelgas de los
trabajadores, las revueltas campesinas y la rebelión de la guarnición de
Kronstadt, que reclamaba un gobierno formado exclusivamente por socialistas,
fueron reprimidos en poco tiempo. En 1921, Lenin estableció la Nueva Política
Económica para fortalecer al nuevo Estado, empobrecido tras siete años de
desórdenes y declive económico. El 30 de diciembre de 1922 se constituyó
oficialmente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en la que los
territorios étnicos del antiguo Imperio Ruso se unieron a la República
Socialista Soviética Federada de Rusia.
· Consecuencias.
La Guerra Civil rusa causó grandes estragos,
ruina económica, multitud de muertes debidas tanto a las operaciones militares
como a las enfermedades, y la emigración de entre 1 y 2 millones de rusos de
clase media y alta. Se estima que las víctimas de la guerra oscilaron entre los
siete y ocho millones de personas, de las cuales más de cinco millones eran
bajas civiles. Desde el estallido de la I Guerra Mundial hasta el fin de la
Guerra Civil rusa, se calcula que perdieron la vida 16 millones de rusos, en su
mayoría población civil.
La guerra provocó un marcado empeoramiento
del nivel de vida entre la población rusa y destruyó gran parte de la
infraestructura del país. La producción industrial cayó hasta un 20% menos del
nivel alcanzado antes de 1914. Al disminuir la cantidad de tierra cultivada, se
produjo una hambruna en 1921 y 1922, en la que perdieron la vida
aproximadamente 5 o 6 millones de personas. El número de rusos que perecieron
hubiera sido mucho mayor de no ser por la ayuda de los organismos internacionales,
que establecieron comedores de beneficencia para alimentar aproximadamente a 22
millones de personas.
Los bolcheviques, ante la oposición de los
campesinos y los trabajadores, sustituyeron el comunismo de guerra y otras
medidas impopulares por la Nueva Política Económica (NEP) en marzo de 1921.
Algunos estudiosos opinan que el fin del comunismo de guerra guarda relación
con el final de la Guerra Civil. La NEP permitió a Rusia acercarse en la
segunda mitad de la década de 1920 a los niveles de producción industrial y
agrícola anteriores a la guerra.
Muchos historiadores consideran la Guerra
Civil rusa como un periodo formativo que militarizó al partido bolchevique y
perfiló la futura política comunista. Gran parte de los métodos practicados por
el partido durante la Guerra Civil fueron aplicados por el dirigente soviético
Iósiv Stalin a finales de la década de 1920, cuando lanzó un ambicioso y duro
programa para industrializar la URSS y colectivizar la agricultura.
LA N.E.P.(Nueva Política Económica)
Al terminar la Guerra Civil y ante el
creciente descontento popular, el Partido Comunista, dirigido por Lenin,
decidió hacer un alto en la política de control estatal sobre la economía. Se
daba así paso, a partir de 1921, a la llamada Nueva Política Económica (NEP),
que duró hasta 1928. Se trataba de una política de reconstrucción económica que
introdujo elementos capitalistas en el campo y en las industrias. Se puso fin a
las requisas y confiscaciones en el campo y los campesinos pudieron disponer
libremente de sus tierras y comercializar sus productos a cambio de pagar un
impuesto en metálico. También se desnacionalizaron las pequeñas industrias. La
producción aumentó y mejoró el abastecimiento de las ciudades. Sin embargo, los
precios agrarios, ahora mas libres, comenzaron a subir, lo que perjudicó al
obrero industrial. Surgió una nueva clase de comerciantes prósperos, y también
volvieron a surgir las desigualdades sociales en el campo, al reaparecer la
figura del campesino rico o kulak.
Esta política abrió un clima de debate en el
seno del partido: por un lado un debate económico entre los partidos de esta
transición que contase con el apoyo del campesinado - Lenin entre ellos- y los
que estaban a favor de una colectivización acelerada que favoreciese a la
industria - Trotski y Stalin -; y, por otro lado, un debate político a favor o
en contra de una mayor democratización de las estructuras del estado. Nació, en
1922, la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS o CCCP, en ruso). Por último,
también se suscitó un interesante clima de debate cultural y artístico entre
los partidarios de las vanguardias y la experimentación y los del realismo
socialista.
Nueva Política Económica (NEP), política de
liberalización económica aplicada de forma temporal en la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) desde marzo de 1921 hasta enero de 1929, si bien
en 1928 prácticamente había finalizado su aplicación. La NEP fue adoptada para
reactivar la economía, incrementar la producción de alimentos y favorecer la
creación de empresas después de varios años de guerra civil, y fue concebida
como una pausa dentro del proceso de construcción del socialismo en el Estado
soviético.
A principios de la década de 1920 la economía
soviética atravesaba una grave crisis a causa de la Guerra Civil, que había
dado comienzo en 1918, y las duras medidas impuestas por el comunismo de guerra
(1918-1921), la política económica que reemplazó la economía de libre mercado
por una estructura económica de corte militar. El volumen de producción de 1920
representó menos de una séptima parte del nivel obtenido antes de la Revolución
Rusa de 1917; además, la escasez de las cosechas de grano de 1920 y 1921
ocasionó una hambruna en la que fallecieron cerca de cinco millones de
personas.
Vladímir Lenin, el máximo dirigente del
gobierno soviético, introdujo en marzo de 1921 la NEP para revitalizar la
economía del país mediante la liberalización del comercio y la producción
agrícola e industrial. El gobierno, en lugar de requisar el excedente de
producción agrícola, permitía a los campesinos vender sus productos en un
mercado abierto después de pagar un impuesto proporcional a su producción neta.
A los agricultores se les permitía comunismo
de guerra; se privatizaron las pequeñas y medianas empresas, mientras que el
Estado seguía siendo el propietario de los llamados "intereses
principales": las finanzas, el transporte, la industria pesada y el
comercio exterior. El uso del dinero, que había sido sustituido por un sistema
de trueque, cuotas y mandatos, se reintrodujo en 1921. La economía soviética
creció rápidamente bajo arrendar tierras y contratar mano de obra, lo cual
estuvo prohibido durante el periodo de aplicación del la NEP y hacia 1928 la
producción agrícola, la industria y el transporte habían superado los niveles
del periodo prerrevolucionario.
Sin embargo, se produjeron ciertos
desequilibrios económicos durante la aplicación de este sistema, por lo que el
gobierno soviético decidió reinstaurar el control centralizado de la economía.
El aumento de los precios de los bienes industriales llevó a los miembros del
gobierno a fijar un valor máximo para los artículos no agrícolas a fin de
controlar las presiones inflacionistas. El dinero pagado al productor de
cereales se vio reducido a mediados de la década de 1920, por lo que los
campesinos se negaron a vender su producción a la espera de que aumentara su
importe. Pero los controles sobre el valor de los productos industriales y
agrícolas resultaron ser ineficaces debido a la actuación de comerciantes
particulares que compraban y vendían los artículos de acuerdo con la oferta y
la demanda. Bajo la dirección del secretario general del Partido Comunista,
Iósiv Stalin, que veía en las actividades de los campesinos y los comerciantes
particulares una amenaza para el régimen comunista, las cuotas de producción
agrícola se reimplantaron en 1929, y en 1930 el comercio privado pasó a ser un
delito.
Stalin sustituyó la NEP por su propio
programa económico basado en los llamados planes quinquenales. En el primero de
estos proyectos (1928-1932), la planificación central sustituyó a los
mecanismos de mercado y la economía soviética se vio sometida a un estricto
control que perduró hasta 1991, año de la desintegración de la URSS.
La guerra civil había favorecido la
intervención y el control de los sectores básicos de loa economía por parte del
Estado. La reorientación de la producción, la administración racionada de los
recursos y el control de la distribución eran fundamentales para mantener el
aprovisionamiento del ejército y las ciudades. Esta política intervencionista
había sido común a todos los países que habían estado en guerra. El nuevo
planteamiento de la actividad económica, denominado comunismo de guerra
extendió la nacionalización a las pequeñas y medianas empresas.
La pérdida de una importante del territorio y
el aislamiento del Estado soviético agudizaron la escasez de recursos. Pero en
otros casos, no se podía aplicar el mismo tipo de soluciones. Los excedentes de
las granjas comenzaron a ser requisados y redistribuidos en los centros de
racionamientos. Esta situación provocó la resistencia de los campesinos. El
gobierno actuó enérgicamente para evitar estas prácticas, fortaleció la
inspección mediante la creación de comités de Pobres del Pueblo, tipificó los
delitos y estableció unas penas para los infractores.
En la industria la situación no era mejor. El
control obrero de las fábricas de los primeros días fue suspendido. Se dio paso
a la militarización del trabajo bajo la supervisión de los delegados estatales.
La situación de los obreros en las ciudades llegó a ser crítica. Para
contrarrestar esta situación, parte de los salarios se pagaba en especie, pero
aún así el hambre se extendió por las ciudades.
La situación de malestar creada por el
comunismo de guerra y el desarrollo de una oposición obrera y campesina,
forzaron al partido bolchevique a modificar sus planteamientos en materia
económica. En marzo de1921 se establecieron los principios de una Nueva
Política Económica (NEP), que se mantendría vigente hasta 1927. Se trataba de
una economía de tipo mixto, que alternaba la intervención estatal en
determinados sectores productivos con una cierta convivencia con la iniciativa
privada en la industria de consumo, en la producción agraria y en el mercado
interior de precios libres.
En la agricultura se permitió a los
campesinos ricos (kulaks) la extensión de la superficie cultivada mediante la
incorporación en arrendamiento de las tierras de los campesinos pobres. La
requisa se sustituyó por el cobro de impuestos en especie y los excedentes se
podían vender en mercados locales. La acumulación de beneficios en manos de os
kulaks les convirtió en los dueños de las aldeas, quizá como consecuencia de
esto, pasaban a presidir en algunos casos los soviets rurales. También se
beneficiaron de las nuevas medidas los mercaderes que atendían el comercio
interior, conocidos como hombres
de la NEP.
Se incrementaron las empresas particulares
destinadas al consumo que podían vender sus productos en los mercados locales.
Se reanimaron las industrias artesanales de las zonas rurales. La industria
pesada inició la descentralización, creando consejos que administraban los
centros industriales de las repúblicas. Para aumentar la producción, el Estado
adoptó métodos capitalistas, como el establecimiento de diferencias salariales
EL NUEVO ESTADO SOVIETICO.
También durante la Guerra Civil se sentaron
las bases legales del nuevo Estado obrero vertebrado a partir de los soviets
locales. Cada soviet nombraba sus propios delegados, y los representantes de
todos los soviets reunidos nombraban al gobierno, por lo cual esta institución
emanaba por delegaciones sucesivas de los consejos de los soviets. Soviética es
la forma que adopta el Estado obrero. Este nuevo sistema de organización
estatal quedó definido en la constitución de 1918. Se aplicó sólo al reducido
territorio que dominaban los bolcheviques: la República Socialista Federativa
de los Soviets de Rusia (RSFSR).
El Comité Ejecutivo Central Panruso nombraba
y controlaba al Consejo de Comisarios del Pueblo.
Frente a la división de poderes
característica de las constituciones liberales se adopta la concentración del
poder en la cúpula del Estado, concentración que se estima necesaria para
imponer el socialismo, objetivo fundamental de la dictadura del proletariado.
Una vez completada esta labor ha de desaparecer el Estado.
El modelo de Estado diseñado para Rusia en la
Constitución de 1918 se fue extendiendo. Se creaba así, en 19212, un extenso
estado federal, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La
primera constitución socialista fue la Constitución de 1924.
Esta nueva constitución desarrollaba los
principios del decreto de las nacionalidades. El Congreso de Soviets de la
Unión, ahora Soviet Supremo, quedó compuesto por los delegados de los congresos
de los soviets de las diversas repúblicas de la URSS. El Comité central
ejecutivo quedaba dividido en dos consejos: el Soviet de la Unión y el Soviet
de las Nacionalidades. El primero estaba encargado de las competencias del
gobierno de la URSS (Asuntos Extranjeros, Guerra y Marina, Planificación
Económica…) y el segundo de las competencias de las repúblicas.
Cuando la República de Georgia quiso acceder
a la independencia en aplicación del derecho de autodeterminación, Stalin lo
impidió invadiendo el país el 1921. La centralización administrativa y la
uniformidad cultural que habían caracterizado al imperio zarista se vieron
ahora superadas. El reconocimiento y respeto de la diversidad étnica se llevó a
la práctica, favoreciendo la alfabetización y el desarrollo de las
peculiaridades culturales. A la República rusa se unieron, con igual rango,
Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia. Alguna de ellas, como Transcaucásia, se
dividía a su vez en repúblicas autónomas: Georgia, Azerbaiyán, Abjasia,… Un
tercer grupo de repúblicas autónomas quedaban federadas directamente a la Unión
Soviética, como en el caso de las repúblicas musulmanas de Asia Central.
La difícil situación del gobierno bolchevique
durante el conflicto produjo una fuerte bolchevización del Estado. En enero de
1918 se había reunido en Petrogrado la Asamblea Constituyente, elegida por
sufragio universal y en la que los bolcheviques eran minoritarios frente a
mencheviques y socialistas revolucionarios. Esta desautorizó al gobierno
bolchevique. Al día siguiente la Asamblea fue disuelta y la tarea de elaborar
la Constitución se trasladó al III Congreso Panruso de los Soviets. En junio de
ese mismo año se acordó la expulsión de los partidos que no apoyaran al poder
durante la guerra civil.
El 30 de agosto Lenin resultaba herido en un
atentado del que nunca se repondría satisfactoriamente. Como respuesta al Terror Blanco, que multiplicaba las ejecuciones de
prisioneros, se desarrollo el Terror
Rojo. La policía (Checa), que en 1924 sería sustituida por la por la
policía secreta (G. P. U.), utilizaba los mismos métodos. Las protestas contra
esta situación culminaron en marzo de1921, en el motín de Kronstadt. En esta
ciudad insular los marinos que permanecían atracados en el puerto se
pronunciaron a favor de las elecciones libres de los soviets. Eligieron un
comité revolucionario que negociase con el Gobierno y detuvieran al presidente
de soviet de la ciudad (un bolchevique) y a las autoridades militares. Cuando
finalmente se rindieron la represión fue durísima.
El partido único se había convertido en un
bloque cerrado, en una estructura paralela al Estado: Los dirigentes del
partido eran los mismos que acaparaban los cargos del Estado. Un número
relativamente reducido de personas tomaba las decisiones que afectarían a
millones. Es lo que Lenin criticaba en sus últimos escritos como la creciente burocratización del
partido. La confusión entre
el Estado y el partido único se convirtió en in elemento de unidad integradora
para el mosaico de repúblicas y etnias, resultado de la estructura federal.
LA EXPANSIÓN DE LA REVOLUCIÓN
Estos debates fueron el telón de fondo de los
últimos años de Lenin, ya envejecido y enfermo, al frente de la URSS, hasta su
muerte en 1924. En un principio, la dirección del partido iba a ser colegiada
entre los principales dirigentes bolcheviques: Trotski, Stalin, Kamenev,
Zinoviev y Bujarin, fundamentalmente. Trotski podía ser considerado el sucesor
natural de Lenin, dado su prestigio personal y su protagonismo desde 1905, pero
se oponía a la NEP y a la burocratización del partido, que según él alejaban a
la URSS del espíritu revolucionario original de octubre. Además opinaba que era
imposible la construcción del socialismo en un solo país, fórmula esta que
defendían varios dirigentes, y particularmente, Stalin. Estas discrepancias
redujeron los apoyos que tenía Trotski en el partido, omnipresente en la vida
soviética, y aumentaron los recelos hacia él del resto de los líderes
comunistas. Por ello, a Stalin, que controlaba la burocracia del Partido
Comunista desde su cargo de secretario general, no le fue difícil marginarlo de
la dirección y expulsarlo después.
LA SUCESIÓN DE LENIN.
Dos personajes clave:
Trotski, creador del Ejército Rojo, es un
personaje clave dentro del partido bolchevique. Este es partidario de una
revolución permanente e internacional, critica la NEP y apoya la
colectivización.
Stalin, ministro de las nacionalidades y
posteriormente secretario del partido bolchevique. Es partidario de la
revolución en un solo país. Adquirió aptitudes gracias al rápido ascenso en su
partido.
Entre estos dos personajes hubo constantes
conflictos debido a sus diferencias. Esto trajo consigo que Stalin deportara a
Trotski a Liberia y después a México, pero aún así, por miedo a que regrese,
manda que lo asesinen.
LA ERA DE STALIN.
En el ámbito político, la URSS derivó, a
partir de 1929, hacia una auténtica dictadura personal encarnada por Stalin y
apoyada en la infalibilidad del Partido Comunista y de sus dirigentes. Los
rasgos políticos de esta dictadura pueden resumirse en:
·
El culto a la
personalidad. Se exaltó al líder con una propaganda y unas alabanzas que
recordaban a la divinización de los antiguos emperadores. Se idealizaba a
Stalin como el “gran padre benefactor”.
·
El
marxismo-leninismo se convirtió en una “doctrina religiosa”: quien se apartaba
de esta doctrina era considerado “hereje” y, como sospechoso político, podía
ser detenido y ejecutado.
·
En el ámbito
territorial, esta dictadura se apoyó en un partido de masas teñido de un
nacionalismo ruso de nuevo cuño, muy diferente al partido revolucionario e
internacionalista de minorías que Lenin diseñó.
·
En el ámbito
internacional, se acuñó la doctrina del socialismo en un solo país. Stalin
manifestó que la construcción del socialismo solo era posible en la URSS y no
era necesario ni deseable exportar la revolución a otros países.
·
Para mantener esta
política, se impuso un régimen de terror político y social que se aplicó en el
seno del partido mismo. Se procedió a las purgas, que afectaron a las
militantes y a los dirigentes. Entre 1934 y 1939 se juzgó, se condenó y ejecutó
por delitos ficticios a la mayoría de los lideres y militares históricos de la
revolución de octubre en los años de la guerra civil. Se sustituyó la NEP por
una planificación autoritaria y centralizada de la economía. No había oposición
posible ante aquel régimen del terror. El objetivo principal era industrializar
el país en el menor tiempo posible.
·
Los planes
quinquenales, llamados así porque marcaban objetivos para cinco años. Lograron
un crecimiento económico vertiginoso.
·
La colectivización
de la agricultura. Desapareció la propiedad privada en el campo, sustituida por
los Koljoses, granjas de
propiedad colectiva donde se agrupaban las tierras de los aldeanos controladas
por el estado propietario de la maquinaria; y los Sovjoses, granjas estatales que empleaban
obreros asalariados.
Una apuesta por la industria pesada. En la
gran industria, la mayor parte ya nacionalizada antes de 1921, los cambios
fueron menores. Se optó por desarrollar la industria de bienes de producción
frente a la de bienes de consumo.
Como resultado de la NEP, la producción
agrícola creció espectacularmente. También había aumentado la producción de
bienes de consumo.
De forma paralela se había producido una
creciente diferenciación social en el campo y en las ciudades: el
enriquecimiento de los Kulaks y de los hombres de la NEP contrastaba
dramáticamente con la pobreza de jornaleros y obreros menos cualificados entre
los que crecía el paro. El debate ideológico era complejo, no solo incluía
cuestiones socioeconómicas, también implicaba rivalidades y diferencias
políticas. Coincidía con el apartamiento de Lenin debido a su enfermedad, que
acabaría causándole la muerte. Se produjo la liquidación de la NEP, que Trotski
había calificado de capitalismo
de estado. El Estado pasa
ahora a ser el único impulsor del desarrollo económico mediante la
planificación. Desde 1928, se aprobaron tres planes quinquenales, el último
interrumpido por la Guerra Mundial.
Una de las principales consecuencias de la
planificación centralizada fue la Colecitivización agraria. Los kulaks y los
medianos propietarios trataron de resistirse recurriendo a la matanza de ganado
y la quema de cosechas. Muchos fueron deportados a Liberia o encarcelados. Las
tierras de cultivo se reorganizaron siguiendo dos modalidades: sovjos y koljos. Las granjas
soviéticas o estatales correspondían a las tierras de mayor calidad y que
pasaron a ser de propiedad estatal. El sistema de explotación lo convertiría en
una empresa agrícola intensamente mecanizada. Las
tierras de las aldeas quedaron reunidas en cooperativas estatales.
La colectivización agraria y la
industrialización eran complementarias. La mecanización de las nuevas
explotaciones permitiría el aumento de la productividad y la liberación de la
mano de obra. El Estado impulsó el desarrollo de la industria pesada. Como
diría Stalin, había que alcanzar
y sobrepasar a Occidente, o lo conseguimos nosotros o nos destruirán. La victoria soviética sobre Hitler en
la II Guerra Mundial confirmó estas previsiones. Se favoreció la aplicación de
métodos estanjovistas (de Stanjov, minero que durante su turno hacía el trabajo
correspondiente a 16 hombres y que fue tomado como ejemplo difundido por la
propaganda oficial).
Se procedió a la electrificación del
transporte y el consumo mediante la construcción de gigantescas presas, lo que
disparó la producción de cemento. Se multiplicó la producción de petróleo,
carbón y acero, se desarrollo la fabricación de maquinaria y se introdujeron
los tractores. Se inauguró el metro de Moscú, símbolo de transporte de
trabajadores.
En la Gran Depresión LA URSS demostró que
podía conseguir un desarrollo distinto al del modelo capitalista, más
igualitario tanto desde el punto de vista social como regional, partiendo de la
gestión planificadora realizada por el Estado.
En agricultura cabe destacar la
colectivización agrícola. Aunque los kulaks estaban en desacuerdo, los
campesinos y los jornaleros lo apoyaron incondicionalmente. Los resultados no
fueron muy favorables.
En industria destacó la nacionalización de
las empresas. Pusieron hincapié en la industria pesada: Siderurgia,
electricidad y maquinaria. Creyeron que con una industria pesada notable
favorecería a una rápida industrialización. Dejan de lado la industria de
consumo y hubo un fallo de tecnología, por lo cual la buscaron fuera. Para no
depender tecnológicamente de ningún otro país, hacen hincapié en la educación
para conseguir grandes promesas estudiantiles que favorecieran la tecnología
soviética.
Consiguieron unas importantes mejoras
económicas y una veloz revolución industrial. Hay desarrollo de las ciudades y
de las personas dedicadas a la industria. La mujer se incorpora al trabajo. Hay
más alfabetización. Aparece una clase de burócratas que están muy ligados a
Stalin.
La modernización económica tuvo un precio muy
elevado. Lenin había demostrado un gran poder de convicción. Desde 1922 su
alejamiento de la política activa dio lugar al inicio de una serie de maniobras
e intrigas que acompañaron al ascenso de Stalin.
Trotski parecía el líder capaz para la
sucesión de Lenin. Gozaba de gran prestigio por su participación en la
revolución de 1905 y por su labor al frente del soviet de Petrogrado en 1917,
así como la creación del Ejército Rojo. Frente a Bujarin, destacado dirigente
bolchevique, criticó los efectos de la prolongación de la NEP denunciando el
enriquecimiento y la creciente diferenciación social que había producido.
Stalin había alcanzado el puesto de
secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética. Formuló la
necesidad de fortalecer el socialismo en un solo país y dar prioridad a la
defensa del Estado soviético. Los opositores, Trotski, Zinoniev y Kamenev,
fueron expulsados del partido.
La eliminación de los rivales políticos de
Stalin culminó a mediados de la década de 1930, en la que comenzaron las
“purgas”. En los simulacros de juicios se obtuvieron declaraciones de
culpabilidad de los acusados. Entre ellos se encontraba Zinoniev, Kamenev y
Bujarin, viejos militantes bolcheviques distinguidos por la lucha antizarista y
su papel en la revolución.
Cuando en 1936 se aprobó una nueva
constitución, era evidente que la dictadura del proletariado no iba a dar paso
a la disolución del Estado prevista por Marx y Lenin. En realidad, el poder
obrero había sido sustituido por la dictadura personal sustentada por la
burocracia del partido. Stalin enterró la revolución estableciendo un sistema
político rígido que había reducido el pensamiento marxista-leninista a una
serie de principios indiscutibles. La realidad quedaba desfigurada por la
propaganda. El inmovilismo impuesto se reflejó también en la vuelta a una
política social conservadora, prohibiéndose el aborto en beneficio de una
política fatalista y dificultando el divorcio. Afectó a la cultura, la
intervención en la investigación científica y técnica y la eliminación de las
experiencias artísticas innovadoras que habían acompañado a los primeros días
de la Revolución quedaban subordinadas ahora a las directrices artísticas del
llamado realismo socialista. Así, el camino recorrido por la Revolución rusa de
Lenin a Stalin supone el abandono de unos planteamientos ambiciosos bastante
alejados del proyecto inicial.